El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, de 89 años, ha comunicado que el cáncer que padece se ha extendido a su hígado, razón por la cual ha decidido no someterse a más tratamientos. Con su característico estilo franco y emotivo, Mujica expresó que ha llegado a su límite. “Hasta acá llegué”, señaló, en un mensaje que ha conmovido a su país y al mundo.

En un comunicado difundido este 9 de enero, Mujica agradeció a sus compatriotas por los años compartidos y por haberle permitido ser parte de la historia de Uruguay. “He tenido una vida plena y llena de aprendizajes, no me queda más que agradecer”, afirmó. Según fuentes cercanas, el líder político, conocido por su humildad y sabiduría, optó por priorizar una muerte digna en lugar de prolongar su lucha contra la enfermedad mediante tratamientos invasivos.

La noticia ha generado una oleada de mensajes de apoyo y reconocimiento tanto en Uruguay como en la comunidad internacional. Figuras políticas, artistas y ciudadanos han expresado su admiración por Mujica , destacando su legado como defensor de la justicia social y símbolo de austeridad en el ejercicio del poder. “Pepe siempre nos enseñó a vivir con humildad y ahora nos enseña cómo enfrentar la muerte”, señaló un usuario en redes sociales.

El cáncer que enfrenta Mujica ya había sido diagnosticado hace varios años, pero recientemente se agravó con su expansión al hígado. En su mensaje, enfatizó que no busca dramatizar su situación, sino aceptar la realidad con serenidad. “La vida tiene su ciclo, y yo he cumplido el mío con errores y aciertos”, dijo, en lo que muchos interpretan como una despedida cargada de gratitud y reflexión.

Desde su retiro de la política activa, Mujica ha sido una voz influyente en debates sobre ética, democracia y sostenibilidad. Su decisión de afrontar el final de su vida sin miedo y con dignidad ha sido vista como un ejemplo más de coherencia con los valores que siempre defendió. Su esposa, la también exsenadora Lucía Topolansky, ha estado a su lado durante este proceso, ofreciendo su apoyo incondicional.

La despedida de Mujica deja un profundo vacío en la política latinoamericana, pero también un legado de principios y enseñanzas que perdurará en las generaciones futuras. “Vivir sin miedo al mañana y sin apego al lujo, ese fue el mensaje de Pepe. Ahora se despide con la misma valentía con la que vivió”, destacó un analista político. Uruguay y el mundo entero lo acompañan en este momento con respeto y admiración.

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