El más reciente informe del Instituto Nacional de Salud (INS) ha encendido las alarmas sobre el impacto de la manipulación de pólvora en el país durante esta temporada festiva. Hasta la fecha, se han registrado 659 casos de personas lesionadas, un número que, si bien representa una leve disminución del 3,1 % frente al año anterior, sigue siendo preocupante.

A pesar de los esfuerzos por reducir los incidentes, el uso irresponsable de pólvora sigue afectando gravemente a niños y adultos, con Bogotá liderando las estadísticas de casos reportados, seguida por Antioquia y otras regiones.

Incremento de casos en menores: una situación alarmante

Uno de los datos más preocupantes del informe del INS es el incremento del 5,6 % en los casos de menores de edad afectados. Este año, 228 niños y adolescentes han sufrido quemaduras por pólvora, un hecho que demuestra la falta de supervisión y medidas preventivas eficaces en muchos hogares.

Entre los casos reportados, 25 menores se encontraban bajo la supervisión de adultos en estado de embriaguez, lo que refleja no solo el peligro inherente de la pólvora, sino también las consecuencias de la irresponsabilidad de los cuidadores. Este contexto ha sido motivo de preocupación para autoridades locales y nacionales, quienes reiteran la necesidad de prohibir por completo el acceso de los menores a estos artefactos.

En contraste, entre los 431 adultos afectados, 174 estaban bajo los efectos del alcohol al momento del accidente. Este patrón recurrente destaca cómo las celebraciones y el consumo de bebidas alcohólicas pueden llevar a decisiones imprudentes en el manejo de pirotecnia, poniendo en riesgo la vida propia y la de otros.

Pereira reporta seis casos en esta temporada navideña

En Pereira, los incidentes por pólvora también han hecho eco. Según el reporte más reciente del sistema SIVIGILA web 4.0, ya se han notificado seis casos de lesionados en la ciudad hasta el 25 de diciembre. De estos, cuatro corresponden a adultos y dos a menores de edad.

Uno de los casos más recientes es el de un hombre que, mientras observaba una quema de pólvora, sufrió una lesión de primer grado en su ojo. Aunque no manipulaba directamente los artefactos, el incidente refuerza el mensaje de las autoridades: la pólvora no solo afecta a quienes la manipulan, sino también a quienes se exponen a su uso.

Sandra Gómez, directora de Salud Pública de Pereira, ha reiterado el llamado a la comunidad:

«La pólvora daña a todos por igual, se manipule o no. Una mágica navidad brilla sin pólvora».

La Alcaldía de Pereira y la Secretaría de Salud han intensificado las campañas de sensibilización, instando a los ciudadanos a evitar la manipulación de pólvora y a proteger especialmente a los menores de edad. Según las autoridades, el objetivo es que las cifras de lesionados no sigan aumentando y que se fomente una celebración más segura en los días restantes del año.

Tendencias nacionales: Bogotá y Antioquia a la cabeza

A nivel nacional, Bogotá lidera el número de casos reportados con 92 lesionados, seguida de Antioquia con 91. En el listado también destacan Norte de Santander (45), Atlántico (32), Cundinamarca (31) y Cauca (30).

Por el contrario, algunas regiones como Vichada, Vaupés, San Andrés y Guainía no han registrado ningún caso, lo que podría estar relacionado con una menor densidad poblacional o con políticas más estrictas en el uso de pirotecnia.

En cuanto a las fechas, el 7 de diciembre, día de las velitas, se ha consolidado como la jornada con más incidentes reportados, incluso superando al 24 de diciembre. Según el INS, los artefactos pirotécnicos que generan más lesiones son los totes (26,8 %), seguidos por los voladores (21,5 %) y los volcanes (8,5 %).

Un llamado a la responsabilidad colectiva

Los expertos coinciden en que la solución a este problema radica en la educación y la prevención. El llamado de las autoridades es claro: evitar por completo el uso de pólvora en los hogares y prohibir categóricamente su manipulación por parte de menores de edad.

Los riesgos asociados al uso de pirotecnia no solo incluyen quemaduras y lesiones físicas graves, sino también daños psicológicos y emocionales, especialmente en niños que presencian o sufren estos accidentes. Adicionalmente, los casos de intoxicación por fósforo blanco, como el reportado en un menor de cinco años este año, resaltan otra dimensión de los peligros que representan estos artefactos.


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