En una movida anticipada y estratégica, Juan Daniel Oviedo ha oficializado su renuncia al Concejo de Bogotá, decisión que marca el inicio de su aspiración a la campaña presidencial de 2026. La renuncia, presentada mediante una carta formal, se hará efectiva el 31 de mayo de 2025, fecha límite impuesta por la Registraduría Nacional del Estado Civil para evitar inhabilidades a quienes ocupen cargos públicos y deseen postularse a la Presidencia.
Oviedo, exdirector del Dane y segundo en las elecciones a la Alcaldía de Bogotá en 2023, accedió a su curul en el Concejo en virtud de la ley 1909 de 2018, que otorga representación a los segundos en contienda como parte del estatuto de oposición. Desde entonces, su presencia en el cabildo capitalino ha sido una plataforma para desarrollar una visión política que ahora proyecta a nivel nacional.
Bases de una “oposición constructiva” y una visión de país
Durante su paso por el Concejo, Juan Daniel Oviedo impulsó lo que denominó una oposición constructiva, centrada en el ejercicio del control político y la formulación normativa. A través de este enfoque, buscó marcar distancia de la crítica vacía, apostando por propuestas viables y orientadas al bienestar de los bogotanos.
Según expresó en su carta de renuncia, su etapa en el Concejo le permitió “construir las bases” de un proyecto político que ahora pretende escalar a nivel nacional. Para Oviedo, la política debe ser un vehículo para “recuperar la confianza ciudadana” y construir unidad en torno a “un propósito común de desarrollo”.
Esta propuesta de oposición responsable se consolidó en debates sobre el futuro económico y social de Bogotá, destacando el papel de la capital en la economía nacional. “Bogotá estará mejor cuando un presidente entienda que más que anhelar la sed de sus habitantes para hacer valer sus posiciones políticas e ideológicas, se requiere de cabeza y corazón para consolidar una visión estratégica de desarrollo”, señaló.
La capital como reflejo de una agenda nacional
El ahora exconcejal remarcó que Bogotá representa el 25,2% del PIB nacional y, por lo tanto, exige una mirada presidencial estratégica. En su visión, gobernar la nación implica comprender la dinámica urbana, económica y social de la ciudad más influyente del país.
Oviedo plantea que la construcción de una propuesta de país debe partir del reconocimiento del valor de las ciudades, especialmente de una como Bogotá, que actúa como termómetro de las tensiones sociales, económicas y políticas. La apuesta por una candidatura presidencial parte de ese entendimiento: si Bogotá requiere de cabeza y corazón, Colombia no puede ser menos.
Su candidatura buscará capitalizar el conocimiento técnico acumulado desde el Dane, sumado a su experiencia en gestión pública en el ámbito distrital. Se perfila como un aspirante que propone datos, diálogo y desarrollo como pilares fundamentales para una política pública eficaz y transparente.