El Grupo de los Siete (G7), conformado por: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, ha decidido dar un paso más en su estrategia para limitar los ingresos energéticos de Rusia, anunciando nuevas medidas dirigidas a países que aumenten significativamente sus compras de crudo y derivados provenientes de Moscú. La decisión, hecha pública el miércoles 1 de octubre de 2025 tras la reunión de ministros de Finanzas, busca cerrar los espacios que aún permiten a Rusia mantener un flujo constante de ingresos pese a las sanciones impuestas desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022.

Un frente coordinado para reducir ingresos rusos

El anuncio se produjo tras intensas negociaciones entre los ministros del G7, quienes coincidieron en que las medidas adoptadas hasta ahora —incluyendo el tope al precio del crudo ruso transportado por vía marítima— han tenido un impacto, pero no suficiente. La reciente alza en las exportaciones de Rusia hacia países fuera del bloque occidental ha encendido alarmas, ya que Moscú sigue encontrando compradores en Asia, África y Medio Oriente.

En un comunicado conjunto, los ministros declararon textualmente: “Apuntaremos contra quienes siguen aumentando sus compras de petróleo ruso desde la invasión de Ucrania y a quienes facilitan la elusión”. Refleja la dureza del nuevo enfoque, “Estamos de acuerdo en que ahora es el momento de maximizar la presión sobre las exportaciones de petróleo de Rusia, una importante fuente de ingresos para este país”. El G7 se centrará en “aquellos que siguen aumentando sus compras de petróleo ruso desde la invasión de Ucrania”.

Según reportes, entre las medidas contempladas se encuentran restricciones en el acceso a los mercados internacionales, limitaciones a financiamiento externo y mayores controles sobre los flujos bancarios vinculados a la energía. Los miembros coincidieron también en «la importancia de las medidas comerciales, incluidos los aranceles» y las prohibiciones de importación o exportación para intentar recortar los ingresos rusos.

La lógica del G7 es clara: cuanto más acceso conserve Rusia a los ingresos del petróleo, más podrá sostener su maquinaria bélica.

El G7 ha dejado claro que su paciencia tiene límites. “No podemos seguir permitiendo que algunos países se beneficien de descuentos mientras financian indirectamente la guerra”, afirmó de manera explícita el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, durante la reunión.

Estados Unidos indicó el mes pasado su disposición a ampliar los aranceles a los compradores de petróleo ruso si la Unión Europea toma medidas similares, solicitó respaldo para imponer aranceles a quienes compran petróleo ruso y se reforzó el rol de las medidas comerciales como herramienta de presión, evidenciado por el aumento de aranceles a productos de India, en contraste con la tregua con China. 

el g7 intensifica la presion sobre paises que compran petroleo ruso 128551455 gettyimages 1427900101.jpg

¿Hasta dónde llegará el G7?

Actualmente, Rusia ha conseguido sostenerse e incrementar sus ingresos energéticos, utilizando rutas alternativas y mecanismos de intermediación, limitando la eficacia del tope al precio del crudo, en USD 60 (2022) por el G7, La unión Europea y Australia. 

El G7 buscará entonces, abarcar la colaboración con paises aliados y el fortalecimientos de controles legales y regulatorios, con el objetivo de impedir la exportación de hidrocarburos rusos por fuera del marco de sanciones, y asi, reducir el acceso ruso a divisas internacionales.  

Junto a esta iniciativa, la comisión Europea a partir del 2027 buscará vetar el gas natural licuado ruso y movilizar USD 164.000 millones en ayuda financiera para Ucrania, utilizando fondos bloqueados de la UE. 

Estas acciones se describen como estrategias para debilitar los mecanismos de financiamiento ruso dentro del conflicto en Ucrania y contener la influencia internacional indirecta. 

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