Daniel García Peña, embajador de Colombia en los Estados Unidos, abordó este viernes, 8 de noviembre, la controversia generada por la adquisición del software de vigilancia Pegasus. En una reunión en la Casa Blanca, García Peña compartió detalles sobre el financiamiento y las condiciones en las que se habría llevado a cabo esta compra, una operación que, según él, fue financiada directamente por EE. UU. y enfocada en la lucha contra el narcotráfico.
El debate sobre el uso de Pegasus, un sistema altamente sofisticado para la vigilancia, ha generado diversas reacciones en Colombia, especialmente tras revelaciones del diario El Tiempo, que aseguran que Estados Unidos habría realizado esta adquisición sin informar al gobierno colombiano. La situación se complicó aún más con la afirmación de que el expresidente Iván Duque no estaba al tanto de esta transacción, algo que pone en tela de juicio la transparencia en la colaboración de ambos países en temas de seguridad.
Reunión en la Casa Blanca: ¿qué reveló el embajador?
García Peña explicó que durante su encuentro con Daniel Erikson, director senior para asuntos del hemisferio occidental del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, se le confirmó que Estados Unidos utilizó fondos propios para adquirir Pegasus y que la administración Duque no estaba informada de esta operación. El embajador detalló: “Fueron recursos norteamericanos que se usaron en las fechas reportadas en medios. Así nos lo afirmaron. Y también que el presidente Duque efectivamente no estuvo al tanto de la compra. Yo simplemente transmito lo que me informaron”.
Esta afirmación introduce un elemento de transparencia dentro de la relación bilateral, ya que coloca a los funcionarios colombianos en una posición difícil: por un lado, intentar obtener toda la información disponible sobre este tipo de operaciones, y por otro, evitar parecer subordinados ante decisiones unilaterales de Estados Unidos. Además, García Peña aseguró que la adquisición se realizó con la justificación de fortalecer la lucha contra el narcotráfico, un esfuerzo en el que ambos países llevan décadas de colaboración.
Sin embargo, el embajador también mostró sus dudas sobre ciertos aspectos de la transacción, en especial sobre la modalidad de pago: “La financiación la hizo Estados Unidos, pero para nosotros es sospechoso y no es normal que el pago se haya hecho en efectivo”, comentó el diplomático, dejando en claro su preocupación sobre la falta de trazabilidad en la operación.
Pago en efectivo: una anomalía en la compra del software
Uno de los puntos más polémicos revelados por García Peña fue la forma en la que se realizó el pago de Pegasus. Aunque el software fue adquirido con recursos estadounidenses, el embajador señaló que estos pagos se hicieron en efectivo, algo que consideró “irregular” y potencialmente problemático: “Dicen que lo han hecho en otras ocasiones, me parece sospechoso. Irregular que esos pagos se hagan en efectivo supuestamente para evitar trazabilidad de los recursos”, puntualizó.
Las palabras de García Peña han levantado inquietudes en varios sectores en Colombia, donde diversos actores han señalado que la naturaleza de un pago en efectivo puede suponer riesgos de corrupción y una falta de rendición de cuentas. Esta modalidad de pago en operaciones de seguridad podría llevar a prácticas opacas o incluso abrir la puerta a malversaciones, según han alertado expertos en seguridad y transparencia.
La supuesta “evitación de trazabilidad” mencionada por el embajador también arroja sombras sobre las políticas de control financiero de EE. UU., un país que históricamente ha promovido la trazabilidad como una herramienta crucial en la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del crimen organizado. Esta paradoja en el enfoque de transparencia de Washington deja abierta la pregunta de si se podría estar empleando un doble estándar en la región latinoamericana, especialmente en los países aliados.