El Ministerio de Salud de Colombia ha lanzado una alerta y nuevas directrices tras el preocupante aumento de casos de fiebre amarilla en varias regiones del país. En su circular 018, emitida en octubre de 2024, se establecen acciones para intensificar la vigilancia en salud pública, llevar a cabo campañas de vacunación y promover medidas de prevención ante el aumento de contagios. La fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida por mosquitos, ha visto un notable incremento en departamentos como Tolima, además de casos en Putumayo, Caquetá, Huila, Nariño y Vaupés.

El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, instó a la población en zonas afectadas a vacunarse y tomar precauciones contra las picaduras de mosquitos, subrayando que una sola dosis de la vacuna brinda protección de por vida. Este refuerzo en la respuesta sanitaria busca reducir la propagación del virus y proteger a las comunidades más vulnerables.

Campañas de vacunación y medidas preventivas en zonas de alto riesgo

Como parte de este plan, el Ministerio de Salud ha instruido a las autoridades locales a intensificar la vacunación en municipios de alto riesgo y a promover el uso de barreras de protección contra el mosquito transmisor, Aedes aegypti, el mismo vector de enfermedades como el dengue y el chikungunya. La fiebre amarilla es altamente prevenible gracias a la vacuna, pero su propagación representa un riesgo importante para la salud pública, en especial en zonas de bosque tropical y áreas rurales donde los sistemas de salud pueden tener limitaciones para enfrentar brotes.

Guillermo Alfonso Jaramillo reiteró que la vacunación es la herramienta más efectiva contra la fiebre amarilla. “La fiebre amarilla es una enfermedad prevenible con una dosis de vacuna que protege de por vida. Instamos a todos los ciudadanos en zonas de riesgo a acudir a los puntos de vacunación y seguir las recomendaciones de prevención”, señaló el ministro.

Este llamado busca no solo proteger a las personas en las áreas de riesgo inmediato, sino también evitar que la enfermedad se propague hacia zonas urbanas, donde la densidad de población y la movilidad pueden favorecer un brote de mayores proporciones.

Además de la vacunación, el Ministerio hace énfasis en la educación y sensibilización de las comunidades sobre el uso de medidas de protección personal. Esto incluye el uso de repelentes, ropa de manga larga y mosquiteros en hogares, así como evitar la acumulación de agua en recipientes que puedan convertirse en criaderos de mosquitos. Esta combinación de estrategias, señalan las autoridades, es esencial para frenar la transmisión en el corto plazo.

Aumento de casos en Tolima y otros departamentos: una alarma para la región

El incremento de casos de fiebre amarilla en Tolima ha sido especialmente notorio en las últimas semanas, convirtiéndose en el epicentro de las preocupaciones sanitarias en la región. Este departamento, al igual que otros en zonas selváticas y rurales de Colombia, enfrenta condiciones climáticas y de biodiversidad que favorecen la reproducción del mosquito transmisor. En el caso de Tolima, los municipios más afectados están recibiendo apoyo adicional del gobierno para asegurar el acceso a la vacunación y controlar posibles focos de transmisión.

A lo largo de 2024, el Ministerio de Salud ha confirmado casos en Putumayo, Caquetá, Huila, Nariño, Vaupés y Tolima, regiones en las que la fiebre amarilla podría propagarse con rapidez si no se toman medidas de contención inmediatas. En respuesta, el Ministerio ha trabajado en coordinación con las autoridades departamentales para desplegar brigadas de salud y garantizar que la vacuna esté disponible en los centros de atención de estas áreas.

Las condiciones geográficas y climáticas en estas zonas, sumadas a la limitada infraestructura de salud en algunas de ellas, representan un desafío adicional para el control de la fiebre amarilla. Las autoridades recalcan que el esfuerzo de prevención debe ser comunitario, contando con la participación activa de los habitantes y los líderes locales.

Protección y concientización: las claves para evitar un brote a gran escala

Además de la vacunación, el Ministerio insiste en la necesidad de que las personas en zonas de riesgo utilicen métodos de protección contra las picaduras, ya que el mosquito transmisor es particularmente activo en zonas de vegetación densa y durante las primeras horas de la mañana y el atardecer.

Las autoridades de salud han hecho un llamado para que se evite la acumulación de agua en recipientes expuestos, como tanques, cubetas o floreros, ya que estos se convierten en lugares ideales para la reproducción del mosquito. A través de campañas de comunicación, se ha enfatizado en la importancia de eliminar posibles criaderos de mosquitos en el hogar y en los espacios comunes de la comunidad. Este tipo de medidas preventivas son fundamentales para minimizar el riesgo de transmisión no solo de fiebre amarilla, sino también de otras enfermedades endémicas en Colombia.

La respuesta del Ministerio también incluye esfuerzos para educar sobre los síntomas de la fiebre amarilla, que pueden confundirse con los de otras infecciones virales, como fiebre alta, dolor de cabeza, fatiga, y en algunos casos, ictericia y sangrado. La pronta identificación de casos y el acceso a atención médica oportuna son fundamentales para evitar complicaciones graves.

Una estrategia integral contra la fiebre amarilla: ¿será suficiente?

El incremento de casos de fiebre amarilla en Colombia plantea una preocupación importante para la salud pública y destaca la necesidad de una respuesta integral y sostenida en el tiempo. A través de su circular 018, el Ministerio de Salud ha establecido un plan de acción que incluye desde la vacunación masiva en zonas de alto riesgo hasta campañas de educación y prevención en las comunidades.

Aunque el esfuerzo gubernamental es evidente, la pregunta que surge es si será suficiente para contener el virus y evitar su propagación hacia zonas urbanas de mayor densidad. La fiebre amarilla es una enfermedad que históricamente ha causado grandes brotes en Latinoamérica, y la rápida respuesta en términos de vacunación y educación será clave para reducir el impacto de este aumento de casos en Colombia.

El compromiso de las comunidades en adoptar las recomendaciones de prevención, así como el acceso oportuno a la vacuna, serán factores determinantes en el control de la enfermedad en las próximas semanas y meses.


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