Por más que uno intente ver el lado bueno de la realidad, hay días o semanas donde la coyuntura no ayuda y la emoción de desesperanza e incertidumbre gana terreno. La intervención a las EPS Sanitas y Compensar, el nombramiento de Holman Morris (acusado de maltrato a mujeres) como director de RTVC y los recientes ataques de las disidencias de las FARC en Cali y a la Fuerza Pública, mientras el comisionado de Paz, Otty Patiño da la bienvenida a la creación del nuevo bloque de las disidencias (con presencia en Tolima, Huila y Quindío), nubla la posibilidad de “pensar en positivo”.
Pocos temas podían generar tanto consenso entre los colombianos como la necesidad de mejorar y transformar el sistema de salud, donde los recursos fueran manejados de manera transparente. Pero fue precisamente la ausencia de una estrategia concertada, técnica y que promoviera la integridad en el uso de los recursos, la que echó a perder la posibilidad de mejorar lo que NO funcionaba bien. Construir sobre lo construido no es un enfoque que le guste a este gobierno.
Hace algunos años salí a marchar por un mejor sistema de salud y en mis campañas llamé la atención sobre la mala atención en los servicios de urgencias, la demora en las citas de especialistas y sobre la necesidad de pensar en el paciente y el personal de la salud. Lo más importante, propuse blindar los recursos de la corrupción. Sin embargo, fue una decepción ver como el debate del gobierno y sus seguidores se limitó a “eliminar las EPS” sin un análisis de riesgos de corrupción en todo el sistema. Muy ingenuo pensar que, sin las EPS, el problema está solucionado., mientras se fortalece a políticos regionales en su poder de acceso a los recursos de la salud. La ingenuidad es de los ciudadanos que repiten el discurso. El gobierno sabe perfectamente que manejar los recursos de la salud y terminar de politizarlos, es una manera de fortalecer el clientelismo y la burocracia, tan necesarios para manipular los procesos electorales futuros.
Mientras la atención mediática y ciudadana estaba en la intervención a Sanitas y Compensar, Nórida Rodríguez, directora de medios públicos -RTVC- se enteró por redes sociales sobre la solicitud de su renuncia, mientras el gobierno nombraba reemplazo a Holman Morris, tristemente conocido por múltiples denuncias de maltrato a mujeres. El “gobierno de las mujeres” quedó en slogan de campaña y un constante irrespeto a sus seguidoras.
Finalmente, el proceso de Paz total, tan improvisado, desigual y desmoralizador para nuestra Fuerza Pública, ha traído a la memoria los peores momentos de conflicto armado vivido en los años 90, donde la extorsión, el secuestro, los atentados eran parte de los titulares diarios. No hay positivismo en el ambiente, y aunque he sido activista por la paz y las segundas oportunidades a los excombatientes, las condiciones actuales, contrario a debilitar y promover un desarme con garantías de no repetición, se ve cada vez más lejano.