Hace dos semanas, reflexionábamos sobre nuestro propósito en la vida y cómo, a pesar de nuestra insignificancia en el universo, somos conscientes de nuestra existencia. Somos energía y vibración, al igual que todo en el universo. (1).

Ok. Sigamos. Ahora imagine que usted es un extraterrestre. Que sus órganos de visión son diferentes., Hace mucho sus antepasados dejaron de “ver” lo que los terrícolas llaman “materia”. Usted sólo ve energía, vibración. Cuando llega a la tierra ve a los humanos como lo que son: Halos de energía, Campos de vibración, que interactúan unos con otros. Donde esas vibraciones y energías se comunican y ellos ni siquiera son conscientes de tal interacción.

Lo más complejo ocurre cuando esa energía/vibración cambia, lo que los humanos llaman «muerte» y «nacimiento». Es una transformación de energía/vibración. Cada humano es único e irrepetible, definido por la más alta vibración humana: LA INTENCIÓN.

Los humanos se enfocan en la materialidad de los resultados. Al universo le importa más LA INTENCIÓN. La intención de hacer el bien genera una energía/vibración, al igual que la intención de hacer el mal. Incluso la intención de evitar un mal o promover un bien tiene valor en la matemática del universo. Estas sumas y restas se expresan en las diversas vibraciones/energías que el extraterrestre ve al momento de la transformación, cuando el humano muere (o nace). Todo lo demás es intrascendente… lo único que trasciende es ese balance de intencionalidades.

Ese extraterrestre nos ve más allá de la materia. Más allá de las afujías materiales de las que hablábamos en la pasada columna: Del comer, beber, dormir, reproducirnos …por ejemplo, entiende que así sea en inodoros de oro y diamantes, el acto de orinar, defecar, nos unifica como animales, como materia, 97% mecánica, tal vez 3% consciente. Y que ese 100% es materia del universo, células, conformadas por moléculas, que a su vez están conformadas por átomos, por energía que, a nivel subatómico, electrones y fotones, son partículas (materia) que a la vez son ondas (vibración); que, finalmente somos parte del universo, «vibraciones» «ondas» … de él venimos, a él volvemos

¿Entonces, qué es lo que vale en ésta vida? tal vez ese extraterrestre (tal vez un ser trascendido, iluminado…) tiene más claro que usted que, si la clave es LA INTENCIÓN, puede haber varios caminos para “pulirla”, 1. Nuestras acciones SIEMPRE han tenido y tienen consecuencias, o aquí y ahora, o en el encarnamiento energético anterior o futuro. 2. Siendo así, entonces el «pensamiento «, «aspiración» o «motivación” siempre debe ser “correcto» –y tú siempre sientes cuándo lo es o no- 3. Es importante el habla correcta (y sólo la necesaria). 4. La conducta correcta: superar las dependencias materiales (que llevan hasta a herir o matar a otros) 5. Así entonces, nunca vincularse a las armas, o a comerciar con seres vivos, licor, venenos ¿recuerdas la energía? ¿la vibración? 6. Prevenir el surgimiento de todo lo nocivo, buscar lo saludable 7. Atención plena correcta, «atención pura» (pocos humanos la alcanzan) 8. Ecuanimidad: la comprensión de que TODO (y todos) PASA(n)

Hace poco conocí a alguien que puede iniciarte/guiarte en esos pasos: Jaime Marín +57 313 810 2975 … ¿y usted, Orlando, ¿qué? Se preguntará ¿yo? Oscilo, entro, salgo, por estos caminos hace unos 40 años; finalmente le hice caso a Uriel Escobar, a Cece, a otros amigos, y “salí del closet” me atrevo a guiarte en Meditaciones, Regresiones y Reiki. ¿precio? Donación voluntaria al terminar la sesión. Cita previa (inexcusable) vía [email protected] .

Abrazo.

(1) https://orlandoparragopinion.com/2024/05/04/trascendentalmente-intrascendentes/

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