La familia del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay ha dado un parte de optimismo en medio de la crisis post-atentado. Su esposa, María Claudia Tarazona, comunicó desde la Clínica Fundación Santa Fe que su esposo ha iniciado un proceso de neurorehabilitación , un hito clave después de las múltiples cirugías a las que fue sometido tras el ataque del 7 de junio. La rehabilitación marca un nuevo capítulo en su recuperación, gracias también a lo que describen como “cadenas de milagros” , alimentadas por la fe y el apoyo de miles de colombianos.
En sus propias palabras, Tarazona afirmó: “Empezamos un nuevo camino lleno de fe inquebrantable: tu rehabilitación”, una frase cargada de esperanza que fue divulgada en redes sociales e insta a continuar las oraciones y el respaldo colectivo. María Claudia también subrayó la importancia de la fe, pidiendo que la jornada, aunque extensa, esté “siempre llena de luz y de bendiciones”.
Por otra parte, el proceso legal avanza. El pasado 18 de julio fue capturado Cristian Camilo González Ardila, señalado de facilitar la fuga del menor que disparó contra Uribe Turbay. En la audiencia, González Ardila fue imputado por homicidio agravado en grado de tentativa, fabricación y porte de armas, cargos que rechazó, así que un juez ordenó su privativa de libertad.
El mismo implicado, en su interrogatorio ante la Fiscalía, hizo una confesión estremecedora y reveladora: “Si hubiese sabido que era Miguel Uribe, hubiera cobrado más”, declaración que demuestra una planificación fría y despiadada. Además, alertó sobre posibles nuevos atentados planificados contra figuras del uribismo como Álvaro Uribe Vélez, Vicky Dávila y María Fernanda Cabal.
Las autoridades están investigando a fondo estas revelaciones y reforzaron el monitoreo de esquemas de seguridad de líderes políticos, así como el seguimiento a las supuestas redes organizadas detrás del atentado. Adicionalmente, la Fiscalía ha logrado establecer una estructura organizada y jerárquica, con roles distribuidos: el sicario, el conductor del vehículo de huida, el motociclista (González Ardila), y alias “El Costeño” como presunto cerebro logístico.
Mientras tanto, el ambiente político y social sigue en vilo. La familia Turbay insiste en la acción colectiva de oración y solidaridad, mientras el país observa el avance de la justicia en paralelo con la lucha por la plena recuperación de Uribe Turbay. El liderazgo político y la convivencia democrática colombiana están, sin duda, siendo puestos a prueba en múltiples frentes.