Un nuevo atentado con explosivos sacudió la tranquilidad del municipio de Jamundí, Valle del Cauca, en la madrugada del 15 de noviembre. Este hecho, registrado en el barrio Centenario, es el último episodio de una serie de actos violentos que han encendido las alarmas en la región y han movilizado a las autoridades para investigar y frenar esta ola de terror.

Según el reporte oficial, la detonación del artefacto explosivo no dejó víctimas, pero sí daños materiales significativos en al menos dos viviendas. En el sitio, uniformados de la Policía Nacional y expertos del grupo antiexplosivos iniciaron las investigaciones para identificar el tipo de artefacto empleado y a los responsables detrás de este nuevo ataque.

Una racha de violencia que no da tregua

El atentado en Centenario se suma a una preocupante cadena de ataques en Jamundí durante los últimos días. Tan solo la semana pasada, este municipio vivió una ola terrorista que dejó heridas abiertas tanto en las estructuras como en la percepción de seguridad de los habitantes.

El primer evento de esta racha ocurrió el 6 de noviembre en el barrio Ciudad de Dios, cuando un dron con supuestos fines explosivos fue activado en la zona. Aunque el dron no contenía explosivos ni resultó destruido en su totalidad, el incidente levantó serias sospechas sobre la sofisticación y el propósito de los actores detrás de este acto. Las autoridades, al analizar los restos del dispositivo, trabajan para identificar al propietario y comprender el objetivo detrás de este insólito ataque.

El 8 de noviembre, solo dos días después, un atentado con una motobomba golpeó el barrio Jordán, dejando 15 personas heridas, entre ellas el concejal Luiján ‘Luigi’ Morales. Este ataque, considerado el más grave de los últimos años en Jamundí, llevó a la alcaldesa Paola Castillo a ofrecer una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que permita capturar a los responsables. Preliminarmente, las autoridades apuntan a la estructura Jaime Martínez, una facción de las disidencias de las Farc, como la autora de estos actos violentos.

Daños materiales y miedo latente en centenario

Aunque la explosión de este 15 de noviembre en Centenario no dejó víctimas mortales ni heridos, los daños materiales han generado angustia entre los residentes del sector. Las dos viviendas afectadas se suman a una lista creciente de propiedades dañadas en este municipio, donde los atentados parecen multiplicarse en frecuencia e intensidad.

“Estamos viviendo en constante zozobra. No sabemos cuándo será el próximo ataque o dónde ocurrirá”, comentó un habitante del barrio que prefirió mantener su identidad en reserva por temor a represalias.

Por su parte, las autoridades insisten en que trabajan intensamente para desmantelar estas redes criminales. Sin embargo, la percepción de los ciudadanos refleja desconfianza y una sensación de vulnerabilidad que podría socavar los esfuerzos gubernamentales por recuperar la calma en Jamundí.

¿Quién está detrás de esta escalada violenta?

El principal señalado de esta serie de atentados sigue siendo la estructura Jaime Martínez, uno de los brazos más activos de las disidencias de las Farc en el suroccidente colombiano. Este grupo, que opera en áreas rurales y urbanas de Jamundí, busca consolidar el control territorial para actividades ilícitas como el narcotráfico y la extorsión.

El uso de tecnologías como drones y métodos explosivos no convencionales evidencia un aumento en la capacidad operativa de estas organizaciones. Esto pone en jaque no solo a las autoridades locales, sino también a la fuerza pública y a la comunidad en general, que se encuentra atrapada en el fuego cruzado de intereses ilegales.

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