Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos atraviesan un nuevo momento de tensión tras las más recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, contra su homólogo colombiano, Gustavo Petro. Durante un evento celebrado en su residencia privada de Mar-a-Lago, en Florida, el mandatario republicano calificó a Petro como “un alborotador” y le lanzó una advertencia directa al señalar que “más le vale andarse con cuidado”.

Las palabras de Trump se produjeron en un contexto público y sin matices diplomáticos, lo que marca una escalada en el discurso del presidente estadounidense frente al jefe de Estado colombiano. Aunque Trump expresó su aprecio por el pueblo colombiano, estableció una clara separación entre la ciudadanía y el actual gobierno, reforzando su desconfianza hacia la administración de Petro.

El señalamiento ocurre cuando a Petro le restan menos de ocho meses para concluir su mandato presidencial, aunque Trump se refirió a él como el “nuevo líder de Colombia”, una afirmación que ha generado reacciones por su imprecisión temporal y por el tono confrontacional con el que fue pronunciada.

Narcotráfico y acusaciones directas contra el Gobierno colombiano

Uno de los ejes centrales del discurso de Trump fue la reiteración de sus acusaciones sobre la producción de cocaína en Colombia. El presidente estadounidense afirmó que en el país existen al menos tres grandes fábricas de cocaína y exigió su cierre inmediato, señalando que estas instalaciones abastecen el mercado ilegal de drogas en Estados Unidos.

Trump vinculó de manera directa estas afirmaciones con la gestión del gobierno colombiano, insistiendo en que la producción y envío de cocaína hacia territorio estadounidense es una responsabilidad de la actual administración. Estas declaraciones se suman a señalamientos previos del republicano, quien en otras ocasiones ha acusado a Petro de ser un “líder del narcotráfico”, sin presentar pruebas públicas que respalden dichas afirmaciones.

El mandatario norteamericano también aseguró que Petro “no es amigo de Estados Unidos” y lo calificó como “un tipo muy malo”, expresiones que refuerzan el deterioro del discurso bilateral y evidencian un distanciamiento político entre ambos gobiernos en materia de cooperación antidrogas.

Un mensaje enmarcado en una agenda de seguridad regional

Las declaraciones contra Petro se dieron durante un acto en el que Trump anunció la construcción de nuevos buques de guerra estadounidenses, que conformarán una nueva flota denominada “Clase Trump”. El anuncio estuvo acompañado de referencias a la seguridad nacional y al combate contra el narcotráfico, elementos que el mandatario ha usado como justificación para una mayor presencia militar de EE. UU. en el Caribe.

En ese mismo marco, Trump recordó las recientes acciones de su gobierno contra Venezuela, incluyendo la orden de confiscar petroleros sancionados que entren o salgan del país caribeño. Desde el 10 de diciembre, Estados Unidos ha detenido al menos dos embarcaciones vinculadas al transporte de crudo venezolano, como parte de una estrategia de presión contra el gobierno de Nicolás Maduro.

Estas medidas, según Washington, buscan frenar el narcotráfico y golpear las finanzas del régimen venezolano. Sin embargo, han incrementado la tensión regional y han sido interpretadas como un mensaje de fuerza que trasciende el caso venezolano y alcanza a otros gobiernos de la región, incluido el colombiano.

Advertencias a Maduro y presión sobre Venezuela

En la misma jornada, Trump también se refirió al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien sugirió que sería “inteligente” si decide abandonar el poder. Ante preguntas sobre si la estrategia estadounidense apunta a derrocar al mandatario venezolano, Trump respondió que esa posibilidad depende de las decisiones que tome Maduro.

El presidente estadounidense advirtió que si Maduro “se hace el duro” habrá consecuencias, sin precisar cuáles, y reiteró sus acusaciones de que el gobierno venezolano estaría involucrado en el envío de drogas y criminales hacia Estados Unidos, afirmaciones que Caracas ha rechazado de manera reiterada.

Trump también confirmó que Estados Unidos se quedará con los 1,9 millones de barriles de petróleo incautados a uno de los buques detenidos recientemente, y aseguró que podrían venderlos o incorporarlos a las reservas estratégicas del país. Estas declaraciones profundizan la confrontación con Venezuela y refuerzan el uso del poder económico y militar como herramienta de presión.

Respuestas desde Colombia y advertencias sobre soberanía

Desde Colombia, el presidente Gustavo Petro ha reaccionado a las acciones de Estados Unidos, particularmente frente al bloqueo y la incautación de buques petroleros. En mensajes públicos, el mandatario colombiano ha planteado que el combate al narcotráfico en el Caribe debe hacerse mediante acuerdos multilaterales y sin violar derechos humanos.

Petro también ha invitado a Trump a conocer de primera mano las operaciones de destrucción de laboratorios de droga en Colombia, asegurando que estas acciones se realizan de manera constante. Al mismo tiempo, advirtió que cualquier amenaza a la soberanía nacional podría afectar las relaciones históricas entre ambos países.

El cruce de declaraciones evidencia un momento de alta tensión diplomática entre Bogotá y Washington, marcado por discursos duros, acusaciones directas y una agenda regional dominada por la seguridad, el narcotráfico y la presión geopolítica en el Caribe.

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