Navidad sin pólvora: una decisión que protege vidas
Con la llegada de las celebraciones de Navidad y Fin de Año, autoridades de salud y entidades ambientales insisten en un mensaje claro para la ciudadanía: el uso de pólvora no hace parte de una celebración segura. Evitarla es una decisión preventiva que puede marcar la diferencia entre una fiesta tranquila y una tragedia evitable. En este contexto, padres, madres y cuidadores tienen un rol determinante en la protección de niños, niñas y adolescentes.
Artefactos como las chispitas mariposa y los traki-traki, comúnmente asociados a juegos infantiles, representan un riesgo real. Especialistas advierten que estos elementos alcanzan temperaturas elevadas capaces de provocar quemaduras graves, lesiones en manos y rostro, daño ocular permanente e intoxicaciones por inhalación de gases. En muchos casos, las consecuencias no se limitan al momento del accidente, sino que dejan secuelas físicas y emocionales que acompañan a los menores a lo largo de su vida.
Desde el sector salud se reitera que no existe pólvora segura, especialmente cuando hay niños de por medio. La principal medida de prevención es clara: impedir cualquier contacto de los menores con artefactos pirotécnicos. Ante una eventual quemadura, se recuerda a la comunidad que no deben aplicarse remedios caseros ni sustancias sobre la piel. Lo indicado es enfriar la zona con agua corriente, cubrirla con un material limpio y acudir de inmediato a un centro asistencial.
El impacto de la pólvora también se extiende a los animales. Autoridades ambientales alertan que el ruido de las detonaciones genera miedo, estrés severo y desorientación en animales domésticos y silvestres, lo que puede desencadenar accidentes, fugas y situaciones fatales. A esto se suman las afectaciones a personas mayores, pacientes con condiciones de salud y niños pequeños, quienes sufren alteraciones emocionales y físicas por la contaminación sonora.
Por estas razones, en diferentes municipios del país está prohibido el uso, transporte y comercialización de pólvora sin autorización, con sanciones contempladas en la normativa vigente. Sin embargo, más allá del cumplimiento legal, el llamado es a la conciencia ciudadana y al compromiso con la vida.
Esta Navidad, la invitación es a transformar la forma de celebrar: menos ruido, más cuidado; menos pólvora, más responsabilidad. Una fiesta sin pólvora es una celebración más segura, más humana y libre de tragedias. La prevención empieza en casa y depende de todos.

