El archipiélago de San Andrés fue escenario de un trágico accidente el martes 9 de julio, cuando una embarcación con migrantes irregulares naufragó, arrojando a sus ocupantes al mar. La embarcación, que transportaba a 20 personas, incluidos varios menores de edad, enfrentó difíciles condiciones marítimas que culminaron en el naufragio. Las autoridades, encabezadas por la Armada de Colombia, se movilizaron de inmediato para llevar a cabo las labores de rescate, en coordinación con una aeronave de la Fuerza Aérea Colombiana. Migración Colombia confirmó que la mayoría de los migrantes a bordo eran venezolanos.

Las Unidades de Reacción Rápida de Guardacostas y la aeronave desplegada trabajaron intensamente en la operación de búsqueda y rescate. Hasta el momento, se ha confirmado la recuperación de un cuerpo sin vida y el rescate de 15 personas, quienes recibieron atención médica de inmediato. Sin embargo, cuatro personas aún se encuentran desaparecidas, y los equipos de rescate continúan su labor contrarreloj para encontrarlas. Este incidente resalta el peligro y la desesperación que enfrentan los migrantes al intentar buscar mejores condiciones de vida en otros países, utilizando rutas peligrosas y embarcaciones sobrecargadas.

Las autoridades marítimas han reforzado la vigilancia en la zona y han hecho un llamado a la precaución para evitar futuros incidentes similares. La prioridad en las operaciones de rescate es encontrar a los menores de edad y asegurar la protección de todos los supervivientes. La región de San Andrés, conocida por ser un punto de tránsito frecuente para migrantes, continúa siendo un área de alta vigilancia para evitar tragedias como la ocurrida.

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