El municipio de Aguachica, en el departamento del Cesar, vive momentos de asombro e incertidumbre tras la trágica masacre de una familia cristiana, ocurrida el pasado domingo 29 de diciembre. La familia, liderada por el pastor Marlon Lora Becerra, había predicado pocas horas antes en un culto religioso transmitido en las redes sociales de la iglesia cristiana Príncipe de Paz, ubicada en el barrio Villa Paraguay. Este acto de violencia ha generado un fuerte rechazo por parte de la comunidad local y nacional, incluyendo pronunciamientos del presidente Gustavo Petro y la Confederación Evangélica de Colombia (Cedecol).

Una familia de fe y liderazgo espiritual

Marlon Lora Becerra, junto con su esposa Yurlay Rincón y sus hijos Ángela Natalia y Santiago Lora, eran conocidos por su liderazgo en la iglesia evangélica Príncipe de Paz. Durante el culto dominical, horas antes del ataque, el pastor compartió un mensaje que, en retrospectiva, resuena con particular fuerza: “Sabemos que el futuro en el Señor es el que está seguro, pero el futuro en nosotros es incierto”. Estas palabras, dirigidas a los fieles de su congregación, serían las últimas de un hombre recordado por su dedicación a la predicación y el servicio espiritual.

El evento fue transmitido en vivo, y en las imágenes se observa a Marlon y a su hija Ángela Natalia compartir mensajes de fe para el 2025, destacando el papel que esta familia desempeñaba en la comunidad religiosa de Aguachica.

Tras finalizar el culto, la familia acudió a un restaurante ubicado en la calle 5 con carrera 30, en el centro del municipio. Fue allí donde, mientras almorzaban, un atacante armado irrumpió y los asesinó a una cuadra de la estación de Policía Nacional.

Detalles del ataque y la respuesta de las autoridades

El crimen quedó registrado en cámaras de seguridad, lo que podría ser clave para identificar al homicida, quien huyó rápidamente del lugar. La Policía Nacional, que habilitó el contacto telefónico 314 358 7212 para recibir información, ha garantizado reserva a quienes puedan aportar datos para esclarecer este trágico suceso.

La gobernación del Cesar aumentó de 25 a 50 millones de pesos la recompensa por información que permita la captura de los responsables. Mientras tanto, los familiares de las víctimas aseguraron desconocer si los Lora habían recibido amenazas o enfrentado problemas personales, lo que agrava el desconcierto sobre los motivos detrás de este crimen.

Reacciones nacionales: solidaridad y exigencia de justicia

El presidente Gustavo Petro condenó públicamente la masacre a través de sus redes sociales, exigiendo a las autoridades emplearse a fondo en la búsqueda de los culpables. “Masacrada toda una familia en Aguachica. Le pido a la Policía Nacional emplearse a fondo en descubrir y entregar a la justicia a los criminales”, escribió el mandatario en su cuenta de X (antes Twitter).

Por su parte, la Confederación Evangélica de Colombia (Cedecol) emitió un comunicado en el que condenó con firmeza este acto de violencia y calificó la tragedia como una pérdida irreparable para la comunidad cristiana del Cesar. La pastora Lyda Elena Arias, presidenta de Cedecol, destacó el impacto que esta masacre tiene para la Asociación de Pastores de Aguachica, que ve partir a una familia que simbolizaba el liderazgo espiritual en la región.

“Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes para que se tomen medidas efectivas que garanticen justicia en este caso, se esclarezcan los hechos y se lleve a los responsables ante los organismos competentes”, subrayó Cedecol en su mensaje. Además, incluyó un mensaje de consuelo y fe, citando el Salmo 9:9-10: “Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia”.

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