Suicidio estudiantil y salud mental son temas que, lamentablemente, han cobrado relevancia en la comunidad académica de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP). En esta ocasión, el fallecimiento de Girley Villada Rivera, estudiante de séptimo semestre de Medicina, ha dejado una profunda marca en la Facultad de Ciencias de la Salud y en la institución en general. Este trágico suceso ocurrió el 12 de septiembre de 2024, y aunque los detalles del caso aún no se han aclarado completamente, la conmoción y el dolor son palpables entre estudiantes, docentes y autoridades.
Villada Rivera era beneficiaria del programa Risaralda Profesional, lo que la destacaba no solo por su excelencia académica, sino también por el compromiso que demostraba en su formación. Las reacciones ante su pérdida no se han hecho esperar, desde mensajes de apoyo hasta comunicados oficiales por parte de las autoridades universitarias. El rector de la UTP, Francisco Antonio Uribe Gómez, emitió un comunicado en el que expresaba el pesar colectivo y el vacío que deja Girley entre sus compañeros y profesores.
La importancia de la salud mental en las universidades
El fallecimiento de Villada Rivera no solo sacude a la Universidad Tecnológica de Pereira, sino que también pone en la mesa un tema sensible y urgente: la salud mental de los estudiantes. Las presiones académicas, sumadas a las exigencias personales y profesionales, suelen convertirse en una carga difícil de manejar, especialmente en carreras tan demandantes como la Medicina. En la Facultad de Ciencias de la Salud, los futuros médicos no solo enfrentan largas jornadas de estudio, sino también prácticas clínicas intensas que, en muchos casos, pueden tener un impacto considerable en su bienestar emocional.
De acuerdo con algunos de sus compañeros, Girley era una joven comprometida y apasionada por su carrera, aunque en los últimos meses había mostrado signos de estrés que, tal vez, pasaron desapercibidos. Este tipo de situaciones no son aisladas, ya que en los últimos años ha habido un aumento en los casos de suicidio estudiantil a nivel nacional, lo que ha obligado a muchas instituciones educativas a reforzar sus programas de apoyo psicológico. Sin embargo, el caso de Girley Villada Rivera resalta la necesidad urgente de implementar estrategias más eficaces y accesibles para identificar señales tempranas de problemas de salud mental y ofrecer el apoyo adecuado.
Respuesta institucional y llamados a la acción
Tras el fallecimiento de Villada Rivera, tanto la Facultad de Ciencias de la Salud como la administración central de la UTP reaccionaron de inmediato, publicando mensajes de condolencia y apoyo a la familia de la estudiante. El rector Francisco Antonio Uribe Gómez fue claro al señalar que la pérdida de Girley deja un vacío difícil de llenar en la comunidad universitaria, e hizo un llamado a reforzar el acompañamiento psicológico para los estudiantes.
El programa Risaralda Profesional, del cual Girley era beneficiaria, también expresó su solidaridad con la familia y sus compañeros. Este programa, que busca apoyar a estudiantes de alto rendimiento, se ha convertido en un pilar para muchos jóvenes que buscan oportunidades de formación superior en Risaralda, pero el caso de Villada Rivera deja al descubierto que, si bien el apoyo económico es fundamental, también es necesario ofrecer un respaldo emocional y psicológico adecuado a quienes enfrentan las múltiples presiones que conlleva la vida universitaria.
En este sentido, se espera que la universidad adopte medidas más robustas para el acompañamiento de sus estudiantes, como ampliar la cobertura de su equipo de psicólogos y facilitar el acceso a sesiones de apoyo en momentos de crisis. Si bien la UTP cuenta con programas de bienestar estudiantil, el aumento de casos como el de Girley Villada indica que aún queda mucho por hacer para atender las necesidades emocionales de su población estudiantil.
El legado de Girley y el futuro de la atención a los estudiantes
El dolor que ha causado la partida de Girley Villada Rivera deja preguntas sobre lo que se puede hacer para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro. La presión en carreras como la Medicina es una realidad inevitable, pero no debería ser un factor que ponga en riesgo la vida de quienes dedican años de esfuerzo y sacrificio a su formación.
La comunidad universitaria se ha unido en este momento de luto, pero también ha comenzado a exigir cambios que puedan ofrecer un futuro más esperanzador para los estudiantes de la UTP y de otras instituciones en Colombia. Las autoridades educativas tienen la responsabilidad de garantizar no solo la excelencia académica, sino también el bienestar integral de sus estudiantes.
Girley Villada Rivera será recordada como una estudiante brillante y comprometida, cuya trágica muerte nos recuerda la urgencia de priorizar la salud mental en todos los niveles educativos. ¿Qué medidas tomará la Universidad Tecnológica de Pereira para garantizar que situaciones como esta no se repitan? Es una pregunta que sigue sin respuesta, pero que sin duda marcará el futuro de la atención estudiantil en la institución.