El intendente jefe Luis Carlos Bonilla Barrera , comandante de la estación de Policía local del municipio de Teorama , Norte de Santander, perdió la vida tras recibir un disparo de un francotirador , presuntamente del ELN . El ataque, ocurrido la mañana del 9 de diciembre, dejó en evidencia la creciente inseguridad en la región. Según declaraciones de Celso Rincón, personero municipal, «el conflicto armado deja nuevamente su huella, generando zozobra entre los habitantes».
Bonilla Barrera , quien realizaba labores de patrullaje en el municipio, fue trasladado de emergencia en una carretilla hacia un centro médico, pero falleció debido a la gravedad de las heridas. La Policía de Norte de Santander está recopilando pruebas para esclarecer los hechos. Aunque no se ha confirmado la autoría del ataque, se sabe que en la zona operan grupos armados ilegales como el ELN y disidencias de las FARC .
En las últimas semanas, Norte de Santander ha sido escenario de múltiples ataques violentos. Entre los eventos más recientes se encuentra un atentado en el peaje de Pamplonita, donde un cilindro con explosivos dejó tres personas heridas y destruyó las casetas. Días antes, en el Anillo Vial Occidental de Cúcuta, un artefacto explosivo impactó un camión militar, aunque sin víctimas mortales.
El coronel Néstor Arévalo señaló que varios ataques recientes podrían estar vinculados al Frente de Guerra Oriental del ELN , operante en Arauca y zonas fronterizas con Venezuela. Además, en Norte de Santander proliferan bandas criminales como el Tren de Aragua y los AK-47, lo que agrava el panorama de violencia. «Hemos instado al Gobierno a buscar soluciones frente a esta crisis que afecta la vida de familias inocentes», agregó Rincón.
Ante esta situación, las autoridades han reforzado la seguridad en la región. Según el general William Salamanca, se implementará un nuevo GAULA , seis CAI móviles y un helicóptero Halcón para contrarrestar la ola de violencia. Sin embargo, la comunidad exige soluciones más efectivas, señalando que los enfrentamientos han convertido las festividades decembrinas en un periodo de incertidumbre y miedo.
La tragedia de Teorama se suma a un alarmante patrón de ataques en Norte de Santander, evidenciando la necesidad de medidas urgentes para garantizar la seguridad y la paz en esta región asediada por la violencia.