Ecopetrol ha informado que, debido a la situación crítica que enfrentan sus operaciones por los bloqueos en las vías, se ha visto obligada a iniciar el apagado de algunos de sus campos de producción de petróleo en varias zonas del país. La principal causa de estos cierres es la imposibilidad de evacuar el crudo y otros productos como el gas licuado de petróleo (GLP), lo que genera un desbalance en la capacidad de almacenamiento de la compañía.

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Cierre del campo Caño Sur y su impacto en la producción

Uno de los primeros campos en ser afectados por esta situación es Caño Sur, ubicado en el municipio de Puerto Gaitán, en el departamento del Meta. Ecopetrol tomó la decisión de cerrar este campo tras alcanzar su capacidad máxima de almacenamiento de petróleo crudo, ya que los bloqueos han impedido la evacuación del hidrocarburo vía terrestre. Como resultado de este cierre, la petrolera ha dejado de producir 45.000 barriles de crudo diarios, lo que representa un golpe significativo tanto para la empresa como para la producción nacional de hidrocarburos.

Además del campo Caño Sur, en las próximas horas se espera el cierre de otros importantes campos petroleros, como Llanos Norte en Arauca, y los campos Tisquirama, San Roque y Aullador, ubicados en el Magdalena Medio. Estos cierres adicionales complicarían aún más la situación para Ecopetrol y el sector energético del país.

Dificultades en el transporte de GLP y ataques a oleoductos

Otro de los grandes problemas que enfrenta Ecopetrol es la imposibilidad de transportar el GLP (gas licuado de petróleo) que se produce en los campos de Cusiana y Cupiagua, en el departamento de Casanare. El GLP es un combustible esencial que debe ser evacuado por vehículos cisterna, pero los bloqueos en las carreteras han dificultado este proceso. La acumulación de inventarios de GLP en estos campos podría ocasionar problemas mayores, ya que el gas no puede almacenarse indefinidamente.

Adicionalmente, Ecopetrol ha señalado que los recientes atentados terroristas contra los oleoductos Caño Limón-Coveñas y Bicentenario han empeorado la situación, con un total de 15 ataques en lo que va del año. Estos sabotajes no solo afectan directamente la infraestructura petrolera, sino que también dificultan el transporte de crudo hacia los puntos de distribución. A esto se suma la reciente toma de la planta de gas Gibraltar, lo que ha agravado las condiciones para la producción y el abastecimiento de hidrocarburos en Colombia.

Plan de contingencia y riesgos de un empeoramiento

A pesar de las difíciles condiciones que enfrenta Ecopetrol, la empresa ha implementado un plan de contingencia que, hasta el momento, ha permitido continuar con el suministro de gas y petróleo a nivel nacional. Gracias a este plan, las refinerías han podido mantener la producción de combustibles bajo las condiciones operativas previstas, lo cual ha evitado, por ahora, una interrupción total en la distribución de productos esenciales como gasolina y diésel.

Sin embargo, la petrolera ha advertido que si los bloqueos y las alteraciones del orden público continúan por más tiempo, la situación podría empeorar significativamente. Las dificultades en la evacuación del crudo y el GLP, sumadas a los daños en los oleoductos y las plantas de gas, amenazan con interrumpir de manera más amplia el suministro de combustibles en todo el país. Esto podría llevar a desabastecimientos en varias regiones y a un aumento de los precios de los combustibles, con graves repercusiones para la economía nacional.

La situación de orden público en las zonas petroleras no es nueva, pero los recientes eventos han incrementado las preocupaciones sobre la seguridad energética en Colombia. Ecopetrol, como principal empresa del sector, se enfrenta a desafíos cada vez más complejos para mantener la estabilidad de sus operaciones y garantizar el suministro de combustibles.

¿Qué futuro le espera a la industria petrolera en Colombia si no se logran controlar estos bloqueos y ataques? La continuidad de estos eventos podría poner en riesgo no solo la capacidad productiva del país, sino también su seguridad energética.


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