El municipio de Morales, en el departamento del Cauca, fue escenario la noche del 18 de junio de un nuevo ataque violento atribuido a las disidencias de las Farc, bajo el mando de alias Iván Mordisco. El hecho fue documentado en varios videos difundidos en redes sociales, donde se observa a soldados del Ejército Nacional intentando derribar drones cargados de explosivos que sobrevolaban la cabecera municipal.
Aunque las autoridades no han emitido aún un comunicado oficial sobre este hostigamiento, medios locales y registros audiovisuales indican que la agresión estuvo dirigida contra la estación de Policía de Morales. A pesar de la intensidad del ataque, no se reportaron personas lesionadas, según la información preliminar.
El senador y exfuncionario de la Policía, Juan Vicente Carreño Castro, denunció el hecho a través de su cuenta de X, calificando la situación como “una crisis total de seguridad”. “Es lamentable que las Farc sigan intimidando a los colombianos. En Morales, Cauca, drones con explosivos sobrevuelan en este momento la cabecera municipal y el Ejército intenta derribarlos”, escribió el legislador, acompañando el mensaje con imágenes del operativo.
Escenas de terror entre la población civil
El impacto del ataque no solo afectó a las fuerzas de seguridad, sino también a la comunidad local. En uno de los videos difundidos, captado por una ciudadana durante el momento exacto de la agresión, se escucha el desesperado relato mientras el dron cargado de explosivos intenta ingresar a una zona protegida por los soldados. La narración, cargada de pánico, refleja el nivel de angustia que vivieron los habitantes de Morales: “¡Se va a meter, se va a meter! ¡La puerta era! ¡Nos dieron!”, exclama la voz femenina entre gritos de alerta.
En las imágenes se ve claramente el recorrido del artefacto hasta el momento de la explosión, que aunque no dejó heridos de gravedad, sí provocó el pánico colectivo y evidenció la vulnerabilidad de los dispositivos de defensa frente a este tipo de ataques asimétricos.
La incursión armada se enmarca en una nueva fase de violencia en el suroccidente colombiano, donde los grupos armados ilegales utilizan tecnología como drones para evadir controles y aumentar la efectividad de sus hostilidades.
Ataque con drones también en Santander de Quilichao
Cinco días antes, el 13 de junio, la estación de Policía de Santander de Quilichao, también en el Cauca, fue blanco de un ataque similar. Según reportes preliminares, la estructura Dagoberto Ramos, perteneciente a las disidencias de las Farc, sería la responsable de esa agresión en la que se emplearon drones con cargas explosivas y ráfagas de fusil contra la fuerza pública.
La Tercera División del Ejército Nacional explicó que el hecho ocurrió mientras los soldados adelantaban un operativo de control en el sector de Canalón, considerado de alto riesgo por la presencia de milicias urbanas. La acción generó escenas de caos, con civiles huyendo de los alrededores del lugar. En uno de los videos compartidos por redes sociales, personas que jugaban en una cancha de fútbol cercana salen corriendo para evitar ser alcanzadas por los explosivos.
Este tipo de hostigamientos ha generado un aumento significativo en la percepción de inseguridad entre los ciudadanos, que se sienten cada vez más atrapados en medio de la confrontación entre los grupos armados ilegales y las fuerzas estatales.
¿Qué revela esta ofensiva sobre la situación en el Cauca?
Los ataques en Morales y Santander de Quilichao reflejan un patrón preocupante en la escalada de violencia del conflicto armado en Colombia, particularmente en regiones donde las disidencias de las Farc mantienen presencia activa. La utilización de tecnología no convencional como drones demuestra la evolución táctica de estos grupos y plantea nuevos desafíos para las autoridades.
Aunque no se registraron víctimas mortales en los recientes hostigamientos, la amenaza latente, el uso de artefactos explosivos de difícil detección y la cercanía con zonas pobladas, generan una sensación de fragilidad institucional frente a la seguridad territorial. La ausencia de un pronunciamiento inmediato por parte de las autoridades también alimenta la incertidumbre.
Mientras tanto, el llamado de actores políticos como el senador Carreño pone de manifiesto la urgencia de reforzar la estrategia de seguridad nacional, adaptándola a estas nuevas formas de agresión y atendiendo las alertas tempranas que emiten las comunidades afectadas.