En un evento que resuena con implicaciones globales, Corea del Norte y Rusia firmaron este miércoles 19 de junio un «Acuerdo Integral de Asociación Estratégica» que incluye asistencia militar mutua en caso de ataque. Este pacto, que sustituye a los tratados diplomáticos firmados entre Moscú y Pionyang en 1961, 2000 y 2001, busca impulsar un nuevo orden multipolar desafiando la hegemonía estadounidense.
El acuerdo fue firmado después de una cumbre entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Pionyang. Este encuentro marcó la primera visita de Putin a Corea del Norte en 24 años, subrayando la creciente necesidad mutua entre ambos países, exacerbada por la guerra de Ucrania y la apuesta nuclear de Corea del Norte.
“La asistencia en caso de que uno de los dos países resulte agredido” es una de las cláusulas principales del acuerdo, según declaraciones de Putin recogidas por la agencia rusa Tass. Este pacto no solo refuerza la relación militar sino que también plantea un desafío directo a la influencia de Washington en la región.
La firma del acuerdo fue precedida por una gran ceremonia en la plaza Kim Il-sung de Pionyang, con globos y miles de ciudadanos norcoreanos agitando banderas de ambos países, dando la bienvenida a Putin. Esta demostración pública de apoyo subraya la importancia del evento y la fuerte alianza entre las dos naciones.
Yuri Ushakov, asesor del presidente ruso en política internacional, explicó que el nuevo documento es necesario debido a los profundos cambios geopolíticos actuales. Aunque Ushakov aseguró que el acuerdo “no tendrá ningún carácter de confrontación, no estará dirigido contra ningún país y estará encaminado a garantizar estabilidad en Asia Nororiental”, tanto Moscú como Pionyang han subrayado las presiones ejercidas por Washington.
Putin, en un editorial publicado en el diario norcoreano Rodong, afirmó que ambos países trabajarán para crear un “sistema comercial y de pagos recíprocos” que permita los intercambios eludiendo los circuitos financieros ligados al dólar. Este movimiento es una respuesta directa a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y sus aliados.
El nuevo tratado y su cláusula de defensa mutua también responden al creciente acercamiento militar entre EE.UU., Corea del Sur y Japón. La visita de Putin a Pionyang ha molestado visiblemente a estos países, y el acuerdo no parece alinearse con los intereses de China, que sigue abogando por la desnuclearización de la península coreana.
Además, en un claro gesto de apoyo, Putin regaló a Kim Jong-un otra limusina Aurus, subrayando la relación cercana entre ambos líderes. Este gesto se produce en un momento en que Moscú ha dejado de apoyar las sanciones de la ONU contra Corea del Norte, reconociendo de facto a Pionyang como un estado nuclear.
Implicaciones para la Región y el Mundo
Durante la cumbre, Putin agradeció el “apoyo inquebrantable” de Corea del Norte hacia “las políticas rusas, incluyendo las referentes a Ucrania”, mientras Kim Jong-un destacó la “importante misión” de Rusia en el mantenimiento de la estabilidad mundial. Kim argumentó que la “operación militar especial en Ucrania” de Rusia protege su soberanía y seguridad.