Este miércoles 11 de diciembre de 2024, las comisiones económicas del Congreso de la República votaron en contra de la reforma tributaria presentada por el Gobierno Nacional. Este proyecto, que buscaba cubrir el déficit fiscal proyectado para 2025, se convierte en la segunda propuesta tributaria de la administración Petro en ser rechazada por el Legislativo.
Con un objetivo inicial de recaudar 12 billones de pesos, cifra que luego fue ajustada a 9,8 billones, la propuesta del Gobierno fue archivada por una contundente mayoría en las cuatro comisiones encargadas del debate. Este rechazo evidencia las crecientes tensiones entre el Ejecutivo y el Congreso, y deja al Gobierno en una difícil posición para enfrentar el próximo año fiscal.
¿Cómo se dio el rechazo a la reforma?
La votación en las comisiones económicas del Congreso reflejó un claro descontento frente a la iniciativa gubernamental. Así quedaron los resultados:
- Comisión Tercera del Senado: 8 votos a favor del archivo y 6 en contra.
- Comisión Cuarta del Senado: 8 votos a favor del archivo y 6 en contra.
- Comisión Cuarta de la Cámara: 16 votos a favor del archivo y 10 en contra.
- Comisión Tercera de la Cámara: 17 votos a favor del archivo y 12 en contra.
Entre los detalles más controvertidos estuvo el voto del presidente del Senado, Efraín Cepeda, quien se opuso al archivo del proyecto pero aclaró que siempre ha rechazado esta reforma en particular.
El ministro de Hacienda, Diego Guevara, quien asumió el cargo la semana pasada tras la renuncia de Ricardo Bonilla, defendió enérgicamente la propuesta. Durante el debate afirmó: “Hoy el Congreso ha negado las posibilidades de inversión. Esto no es un voto contra el presidente Petro, es un voto contra las regiones”. Sin embargo, esta postura no logró convencer a la mayoría de los legisladores, quienes señalaron problemas en la estructura de la reforma y su impacto potencial en la economía.
Las razones tras el rechazo
El proyecto de reforma tributaria contenía medidas que generaron divisiones en el Congreso. Entre las propuestas más polémicas estaban el incremento de impuestos a las plataformas de juegos de azar, los vehículos híbridos y el impuesto al carbono. Aunque el Gobierno argumentó que estas medidas no afectarían directamente a los sectores más vulnerables, los congresistas criticaron la falta de consensos previos y el alcance limitado del proyecto para solucionar los problemas fiscales del país.
Esta no es la primera vez que el Gobierno Petro enfrenta desafíos en el ámbito tributario. En noviembre de 2022, durante los primeros meses de su administración, se aprobó una reforma por 19,7 billones de pesos con un enfoque en la equidad y lo social. Sin embargo, las condiciones económicas actuales, junto con una caída en la popularidad del Gobierno, han complicado el panorama político, dejando a la segunda reforma tributaria sin el respaldo necesario.
Además, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, lamentó que no se permitiera un debate más extenso sobre el proyecto. “El país merecía ese debate y no que en dos horas se hundiera el proyecto”, declaró. Esta crítica resalta la premura con la que se resolvió un tema de tanta importancia para las finanzas públicas.
Implicaciones del hundimiento
El fracaso de esta iniciativa legislativa tiene profundas implicaciones. En primer lugar, el presupuesto de 2025, que ya había sido recortado en 28,4 billones de pesos por “la situación económica actual de la nación”, enfrenta ahora mayores desafíos. Sin los ingresos adicionales que esperaba recaudar, el Gobierno deberá buscar alternativas para cubrir el déficit fiscal sin comprometer programas sociales y de infraestructura clave.
En el ámbito político, este revés supone un golpe significativo para el presidente Gustavo Petro. A través de la red social X, el mandatario expresó su frustración: “El hundimiento de la ley de financiamiento es un golpe al pueblo colombiano”. Sin embargo, la derrota también refleja un deterioro en las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, en un contexto donde el apoyo al Gobierno dentro del Congreso es cada vez más débil.
La figura de Diego Guevara, nuevo ministro de Hacienda, también quedó marcada por este primer revés en su gestión. Su llegada al cargo tras la renuncia de Ricardo Bonilla buscaba darle un nuevo aire a las relaciones entre el Gobierno y el Congreso, pero el rechazo de la reforma demostró que la desconfianza hacia las políticas fiscales del Ejecutivo persiste.
¿Qué sigue para el Gobierno de Petro?
El hundimiento de esta reforma tributaria plantea múltiples interrogantes sobre el futuro inmediato de la administración Petro. Sin los recursos adicionales que se buscaban recaudar, el Gobierno deberá considerar otras estrategias para enfrentar el déficit fiscal, ya sea a través de recortes más profundos o buscando nuevas fuentes de ingreso.
En un contexto político cada vez más polarizado, queda por ver si el presidente Petro y su equipo podrán reconstruir los puentes necesarios con el Congreso para sacar adelante futuras iniciativas. ¿Logrará el Gobierno proponer una alternativa que concilie las necesidades fiscales con las expectativas de los legisladores?