Armando Benedetti, reconocido político colombiano, ha anunciado que dejará su cargo como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un movimiento que ha generado gran atención en la esfera política nacional. Según explicó, esta decisión obedece a problemas de salud tras el hallazgo y posterior extirpación de un quiste de 8 centímetros en el colon. Ahora, Benedetti regresa a Colombia en un momento clave del Gobierno del Cambio, asumiendo un nuevo rol como asesor cercano del presidente Gustavo Petro.

La salida de Benedetti de la FAO y su estado de salud

El anuncio de su retiro como representante permanente de Colombia ante la FAO llega apenas nueve meses después de haber asumido el cargo, en febrero de este año. Aunque la función diplomática en Roma parecía encajar con su trayectoria, Benedetti ha priorizado su salud. La operación a la que se sometió y el impacto que esta situación tuvo en su vida personal lo llevaron a tomar la decisión de concentrarse en su recuperación y buscar un espacio donde su experiencia política tenga un impacto más directo en el panorama nacional.

Este movimiento coincide con los ajustes estratégicos que Gustavo Petro ha implementado dentro de su equipo, buscando fortalecer su posición en los últimos años de su mandato. En este contexto, Benedetti, quien es considerado uno de los estrategas políticos más experimentados del país, entra en escena como un actor clave en la recta final del Gobierno.

Una relación de altos y bajos entre Benedetti y el círculo cercano de Petro

El regreso de Benedetti a la Casa de Nariño no está exento de tensiones. Uno de los temas más comentados es su relación distante con Laura Sarabia, actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE). Sarabia, quien ha sido una de las figuras más cercanas a Petro durante los primeros años de su mandato, aparentemente no es compatible con el estilo político de Benedetti.

De hecho, fuentes cercanas al gobierno han sugerido que la salida de Sarabia del equipo presidencial ya está en marcha, despejando el camino para que Benedetti se integre sin contratiempos como asesor. Aunque Sarabia ha señalado que no tiene intenciones de buscar cargos de elección popular o embajadas, todo indica que su futuro estará en el sector privado, una decisión que podría evitar enfrentamientos internos en el Gobierno.

La llegada de Benedetti podría ser vista como una jugada estratégica por parte de Petro para afianzar su posición política, especialmente en un momento en que las críticas y los desafíos legislativos han puesto al gobierno bajo presión.

La importancia de Benedetti en la estrategia de Petro

Armando Benedetti no es un recién llegado a los círculos de poder en Colombia. Durante su tiempo como senador, Benedetti se consolidó como un hábil negociador y un conocedor profundo del entramado político del país. Estas cualidades lo convierten en un recurso valioso para Petro, quien enfrenta una carrera contra el reloj para cumplir con las promesas de su programa de gobierno.

Uno de los retos más apremiantes es superar las resistencias que han surgido en torno a las reformas planteadas por el mandatario, en particular las de carácter laboral, pensional y de salud. Benedetti, con su experiencia parlamentaria, podría desempeñar un papel crucial en la articulación de estrategias que permitan al Gobierno sortear los obstáculos en el Congreso y en la opinión pública.

Sin embargo, este movimiento también implica riesgos. Benedetti no es ajeno a las polémicas, y su estilo franco y directo podría generar roces tanto al interior del gobierno como con sectores externos. La pregunta que queda en el aire es si Petro logrará equilibrar los intereses y egos dentro de su equipo mientras busca consolidar un legado que deje huella en la política colombiana.

¿Qué sigue para el Gobierno del Cambio?

El regreso de Benedetti a la política nacional marca un punto de inflexión en el último tramo del gobierno de Petro. Con un mandato que enfrenta desafíos tanto en términos de implementación de políticas como en la consolidación de su base de apoyo, su papel como asesor podría ser determinante para la narrativa final de esta administración.

Al mismo tiempo, la salida de Laura Sarabia podría reconfigurar las dinámicas internas del equipo presidencial. Esto plantea una cuestión clave: ¿logrará el presidente Petro encontrar en Benedetti el aliado que necesita para llevar a cabo sus reformas y consolidar su visión de gobierno?

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