Los últimos resultados de nuestra selección nacional, no son más que el reflejo de la realidad de ese deporte en el territorio nacional. El futbol colombiano perdió protagonismo a nivel sudamericano, cada vez son mas escasas las ocasiones en las cuales un club de nuestro país logra avanzar a segunda ronda en Copa Libertadores o en Copa Sudamericana.
Nuestra liga es pareja por lo bajo y muestra de ello es la irregularidad de los llamados equipos grandes. Tenemos una industria del futbol donde ganar dinero es el objetivo numero uno y casi único y para ello todo vale: corrupción, roscas, lavado de activos.
Veamos:
La Federación Colombiana de Fútbol, entidad que agremia los clubes profesionales y la llamada a dar ejemplo, viene desde hace mas de 10 años carcomida por la corrupción. La cárcel para el pasado presidente es muestra de ello pero el actual no se salva: una sanción por parte de la superintendencia de comercio por haber participado en la reventa ilegal de boletería para los partidos de la selección Colombia, es la prueba fehaciente. En cualquier otro país del mundo, eso hubiese hecho renunciar a la cabeza de dicha Federación pero como estamos en Colombia… nada pasa.
Pero si por Colombia llueve por Risaralda no escampa
La liga Risaraldense de fútbol lleva 12 años a cargo de los mismos, sin hacer nada de lo que han prometido cada cuatro años que han sido reelegidos. Risaralda ha sacado grandes jugadores pero nunca ha sido campeón nacional.
Hoy por hoy no hay un proyecto serio, los técnicos de las selecciones se designan a dedo, dos meses antes de competir, sin importar si éste conoce la categoría que va a dirigir o si en el Departamento existen otros que se han preparado para estar allí. La remuneración es pésima, el equipo de apoyo, si existe, trabaja con la uñas, mal remunerado, sin herramientas, sin infraestructura.
El presupuesto de la liga del deporte mas comercial del mundo es paupérrimo, enfocado todo este tiempo en estirar la mano cual pordiosera a ver si el Departamento o alguna Alcaldía la apoya económicamente. De los estados financieros de la liga se puede inferir que el 95% de los ingresos corresponden a aportes de entes gubernamentales, la Difutbol y a los que provienen de los asociados; que tal! Los clubes que deberían ser los beneficiados, resultan ser los que sostienen la liga.
No existe gestión ante la empresa privada, simplemente porque a ésta última no le genera confianza el destino de los recursos que puedan donarse: sencillamente, nuestra liga y sus dirigentes no generan credibilidad.
Obras sin licencia en terrenos del Departamento que fueron entregados en comodato para ser explotados en pro del futbol aficionado y que además son utilizados como parqueadero para recaudar dineros que no se registran en los estados financieros.
Definitivamente el manejo de nuestro futbol nacional y departamental y local es una vergüenza de ahí los resultados que tenemos.
En Marzo de este año, los clubes de Risaralda tendrán la posibilidad de elegir un nuevo comité ejecutivo para la liga Risaraldense de Futbol y con éste a un nuevo presidente para que lleve las riendas de este deporte durante cuatro años. Esperemos que los clubes no vuelvan a elegir a quienes hasta hoy poco o nada hicieron en los últimos doce años por este deporte en nuestro departamento.