Credit: Fotomontaje El Expreso

La desbandada de los políticos de siempre, la puesta de la camiseta petrista encima de la suya desteñida, sudada, quemada y arrugada, la conversión “ideológica donde ya Petro no era la reencarnación del mal sino la esperanza de un país”, la “quemada” de concejales y diputados por orden de sus jefes políticos que aparentaban estar con Rodolfo, pero ponían la mitad de sus huestes a trabajarle a Petro( como la “sabia” posición de Dilian Francisca que no se decidió ni por Petro ni por Rodolfo y así ganaba con cualquiera), la resurrección de cadáveres políticos como una película de zombis (vi en Pereira los que ya quemados estaban de funcionarios de bajo perfil  o vendiendo colchones como activos petristas) la borrada de prisa en redes de las frases que atacaban y hasta de delincuente calificaban a Petro (lastima no poder desaparecer los pantallazos que alcanzaron a tomar), la monumental tragada de sapos, como los que se traga Alejandro Gaviria, ya tienen nombre y tienen precio. 

Esto dijo de Petro en una entrevista durante el programa de Juanpis, antes de elecciones; “El primer año él nombra un buen gabinete de unidad nacional, no lo logra cohesionar, pasan seis u ochos meses y no pasa mucho, se le desbarata el gobierno y Petro empieza a tuitear como loco. Básicamente, es ese conflicto que crea, de manera permanente, la agenda del país girando alrededor del Twitter de Petro y no se hace nada. Dije hace poco que me daba más miedo la inacción que la acción” Palabras de Alejandro Gaviria el gran pensador, el que en elecciones “lo quemaron” las bodegas de Petro, pero aún chamuscado y echando humo supo cambiar de bando y aunque lo negó como Pedro a Cristo, se cambió de lado y pensamiento como se cambia de andén, sin prisa pero sin pausa, luego resistió el encare de su nueva postura y siguió ahora defendiendo lo que antes atacó, ya se vio su maleable criterio oportunista y de su empaque de docente surgió el audaz, cínico  y oportunista político que lleva adentro, y ahora goza de las mieles del triunfo. Él tiene su ministerio y esperemos a donde va a parar su esposa, eso del cambio tampoco es gratis.           

Ya veremos entonces que sucede en los primeros ocho meses de Petro, por ahora acertó en el nombramiento de un buen gabinete que pesa no solo por su “talento” sino por la acumulación de años. Porque si algo queda claro es que el descontento de las raíces petristas es general, esperaban sangre joven y nueva y les está inyectando todo lo contrario y más de lo mismo. 

¿Qué pensarán quienes siempre han estado con Petro y eran los desconocidos y tratados como parias políticos, ahora con esta victoria los toman en cuenta, los saludan afectuosamente en la calle y hasta ven con asombro cómo salen del armario muchos que ni sabían que comulgaban con la doctrina y pensamiento de Petro?

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