Bogotá se prepara para vibrar al ritmo de la cultura. Con la llegada de la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), más de 200 artistas de toda la región serán los encargados de darle color, música y emoción a una agenda que trasciende la política y se convierte en una celebración de identidad y diversidad. La capital colombiana será durante varios días el epicentro de una programación artística que refleja la esencia del continente: su creatividad, su mezcla de raíces y su fuerza colectiva.

El anuncio fue realizado por el Ministerio de Cultura de Colombia, que confirmó que los espacios públicos de la ciudad se transformarán en escenarios abiertos para el arte. Desde la Plaza de Bolívar hasta el Teatro Colón, pasando por museos, calles y parques, la cultura será el hilo conductor que acompañará los diálogos diplomáticos y los encuentros multilaterales. La ministra de Cultura destacó que “la CELAC no solo es un espacio político, sino también un proyecto de unión cultural que nos invita a reconocernos como parte de un mismo continente diverso y creativo”.

Arte como puente entre las naciones

La programación cultural de esta Cumbre CELAC 2025 ha sido concebida como una muestra viva de integración latinoamericana. Artistas de países como México, Brasil, Argentina, Cuba, Chile y Colombia participarán en conciertos, exposiciones, obras de teatro, performances y encuentros gastronómicos que buscan resaltar la riqueza de los pueblos que conforman la región. El lema central, “Latinoamérica Crea”, resume el espíritu de esta edición: una invitación a pensar el arte como herramienta de diálogo y cooperación.

Entre las presentaciones más esperadas se encuentran las de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, agrupaciones de danza del Caribe y artistas emergentes que mezclan ritmos tradicionales con sonidos contemporáneos. También habrá homenajes a figuras emblemáticas de la música latinoamericana, así como exposiciones fotográficas dedicadas a los procesos sociales y culturales que han marcado la historia del continente. La diversidad estética y temática busca proyectar la idea de que el arte, al igual que la diplomacia, puede tender puentes donde antes hubo fronteras.

Bogotá, escenario de integración y esperanza

La realización de esta Cumbre CELAC 2025 en Bogotá tiene un significado especial. Más allá de ser anfitriona de los jefes de Estado, la ciudad asume el reto de convertirse en un espacio de diálogo ciudadano. En palabras de los organizadores, se trata de una oportunidad para “mostrar que la cultura es un componente esencial del desarrollo y la paz”. Por eso, las actividades culturales no se limitarán a los centros oficiales: llegarán también a barrios, colegios y comunidades donde el arte servirá como vehículo de inclusión y encuentro.

El Ministerio de Cultura ha señalado que uno de los objetivos es dejar una huella duradera más allá del evento, fortaleciendo redes entre artistas y gestores de distintos países. La idea es que la CELAC no solo sea una cumbre de líderes, sino también una cumbre de pueblos, una muestra de lo que significa la cooperación desde la sensibilidad y la creación. La respuesta del público colombiano se anticipa masiva: se espera que miles de personas participen en las jornadas, reafirmando a Bogotá como una ciudad abierta al mundo.

¿Qué representa culturalmente esta edición de la CELAC?

Esta edición de la CELAC no solo reunirá mandatarios y ministros, sino también las voces y expresiones de quienes construyen el alma de la región. El protagonismo de los artistas subraya que la integración latinoamericana no se logra solo con acuerdos políticos, sino con la comprensión profunda de una historia compartida. El arte, en este contexto, se convierte en un lenguaje común que trasciende diferencias ideológicas y geográficas.

La Cumbre CELAC 2025 promete dejar una imagen poderosa: la de una América Latina que no teme mirarse en el espejo de su diversidad. Más de 200 artistas, decenas de escenarios y una sola intención: demostrar que la cultura puede ser el corazón de la diplomacia. ¿Será este el comienzo de una nueva forma de encuentro continental, donde el arte tenga el mismo peso que la palabra política? Bogotá parece estar lista para responder.

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