La Buchón de agua o Jacinto de agua (Eichhornia crassipes), considerada una de las plantas invasoras más agresivas del mundo, está encontrando un nuevo propósito en Cundinamarca. Gracias a un innovador proyecto de compostaje sostenible, esta especie acuática que ha afectado lagunas y humedales por décadas, será convertida en abono orgánico que nutrirá los suelos y reducirá la contaminación.

El programa, liderado por la CAR (Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca) en alianza con comunidades locales y centros de investigación ambiental, busca transformar un problema ecológico en una oportunidad productiva. Con esta iniciativa, se espera recuperar áreas afectadas y promover prácticas de economía circular en la región.

De plaga ambiental a fuente de fertilidad natural

El buchón de agua, originario del Amazonas, se multiplica rápidamente y consume grandes cantidades de oxígeno, lo que provoca la muerte de peces y otras especies, afectando la biodiversidad de la región. En cuerpos de agua como la Laguna de Fúquene, su expansión ha generado serios impactos ambientales y económicos.


La nueva planta de compostaje, ubicada en el sector de Guantancuy aprovecha los residuos extraídos del buchón mediante un proceso controlado de descomposición. El resultado es un abono natural que puede ser utilizado para reforestar zonas degradadas y mejorar los suelos agrícolas.
De acuerdo con Ricardo López, director de la CAR, el proyecto representa un modelo de sostenibilidad replicable: “Estamos cerrando el ciclo de contaminación al convertir una amenaza ambiental en una fuente de vida para nuestros ecosistemas”.

“El buchón contiene hasta un 90 % de agua en su composición, lo que permite aprovecharlo como un hidroretenedor natural. Esto mejora la estructura y la porosidad del suelo, incrementa su capacidad de retención y su productividad. Es un mejorador ideal para enfrentar la degradación y el cambio climático”, agregó Ramírez.

el proceso de compostaje en la planta sigue varias etapas: primero se realiza la recolección del buchón extraído de los cuerpos de agua, luego se somete a una fase de deshidratación para eliminar el exceso de humedad. Posteriormente, se mezcla con otros residuos orgánicos como estiércol y material vegetal seco para equilibrar la composición. Este conjunto pasa a una fase de maduración que dura entre 45 y 60 días, durante la cual se controla la temperatura y la humedad hasta obtener un abono estable y libre de patógenos.
El abono obtenido del buchón cumple con los estándares de calidad exigidos por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y puede sustituir fertilizantes químicos que afectan la calidad del agua y los suelos.

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