Un fuerte altercado se vivió en los pasillos del Congreso de la República entre el senador Jota Pe Hernández y el representante Ermes Pete, ambos protagonistas de un episodio que puso en evidencia las tensiones políticas que rodean el tema de los indígenas del Cauca. El enfrentamiento se desató luego de que Hernández sostuviera una reunión con familiares de las víctimas de la masacre de Caloto, un hecho que sigue marcando a la región por la violencia y la falta de garantías para sus comunidades.
El cruce no tardó en escalar. Según testigos, la discusión pasó rápidamente de los argumentos a los reproches personales, convirtiéndose en un choque que atrajo la atención de otros congresistas y asesores presentes en el recinto. La escena reflejó la profunda división en torno a las posturas políticas frente a las demandas de los pueblos indígenas y la manera como el Estado aborda la violencia en el suroccidente del país.
¿Qué motivó el altercado?
La tensión surgió tras una reunión privada de Hernández con líderes indígenas que han denunciado el abandono estatal y la persistencia de actores armados en sus territorios. Para el senador, escuchar de primera mano a las víctimas de la masacre de Caloto era una forma de visibilizar sus reclamos y exigir mayor protección gubernamental.
Sin embargo, la presencia de estas comunidades en el Capitolio no fue bien recibida por algunos sectores. El representante Ermes Pete, miembro de la circunscripción especial indígena, cuestionó públicamente la manera en que Hernández se apropió del tema, sugiriendo que el senador buscaba protagonismo político a costa del dolor de las comunidades. Esta acusación encendió la mecha del enfrentamiento.
De acuerdo con fuentes cercanas, Pete reclamó un mayor respeto por las vocerías legítimas de los pueblos indígenas, mientras que Hernández insistió en que su papel como senador le permite elevar la voz de cualquier ciudadano que busque justicia. El choque de legitimidades evidenció la complejidad de un debate que trasciende lo personal y se adentra en la representación política de los sectores históricamente marginados.
Reacciones dentro y fuera del Congreso
El altercado no pasó inadvertido. Dentro del Congreso de la República, varios legisladores expresaron su preocupación por el tono del enfrentamiento, advirtiendo que las discusiones sobre temas sensibles como la violencia en el Cauca deben darse con respeto y responsabilidad. Algunos congresistas recordaron que los pueblos indígenas han sido víctimas recurrentes de masacres, desplazamientos y amenazas, por lo que el debate debe centrarse en soluciones y no en rivalidades personales.
En redes sociales, las reacciones también fueron inmediatas. Seguidores de Jota Pe Hernández defendieron su interés en visibilizar a las víctimas de la masacre de Caloto, mientras que simpatizantes de Ermes Pete resaltaron la importancia de que la vocería indígena sea asumida por quienes representan directamente a esas comunidades. El episodio alimentó la polarización en torno al papel del Congreso frente a la crisis humanitaria en el Cauca.
Analistas políticos señalaron que este tipo de choques reflejan la dificultad del Estado colombiano para consolidar una política clara y efectiva hacia las comunidades indígenas. Mientras los actores armados continúan expandiendo su influencia en el Cauca, el debate en el Capitolio se centra en disputas de representación que poco alivian la situación en los territorios.