Un sismo en Turquía de magnitud 6,1 sacudió la madrugada del miércoles la región occidental del país, dejando un saldo preliminar de un muerto y 29 heridos. El epicentro se registró en la provincia de Düzce, ubicada a unos 200 kilómetros al este de Estambul, según informó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD).
El movimiento telúrico ocurrió a las 4:08 hora local y se sintió con fuerza en varias ciudades, incluidas Ankara y Estambul. Aunque la magnitud fue significativa, la profundidad de 6,8 kilómetros y la rápida respuesta de los sistemas de emergencia evitaron un saldo más grave.

El ministro del Interior, Süleyman Soylu, confirmó que la víctima mortal fue un ciudadano que sufrió un infarto tras el fuerte temblor. Además, indicó que la mayoría de los heridos presentan lesiones leves provocadas por caídas o intentos de evacuar los edificios en plena madrugada.

Equipos de rescate y cuerpos de bomberos fueron desplegados inmediatamente en la zona afectada. Las autoridades han iniciado inspecciones en las infraestructuras críticas, como puentes, carreteras y hospitales, para garantizar su seguridad. Hasta el momento no se han reportado derrumbes masivos, pero se mantienen en alerta ante posibles réplicas.

La provincia de Düzce se encuentra en una zona de alta actividad sísmica en Anatolia, donde convergen varias fallas geológicas. En 1999, la región fue escenario de un devastador terremoto de magnitud 7,4 que dejó más de 17.000 muertos en todo el país. Este antecedente ha llevado a que las autoridades turcas fortalezcan los protocolos de construcción y respuesta ante desastres, lo que ha contribuido a reducir las consecuencias de eventos recientes.

Expertos en geología advierten que la actividad sísmica en Turquía es constante y que, aunque no siempre genera daños graves, el riesgo de terremotos de gran magnitud sigue siendo alto.

Tras el terremoto en Turquía, el gobierno ha instado a la población a revisar las condiciones estructurales de sus viviendas y a seguir las recomendaciones de AFAD, que incluyen la preparación de kits de emergencia, rutas de evacuación y simulacros comunitarios.

Las autoridades locales han habilitado refugios temporales para aquellas familias que temen regresar a sus hogares hasta que se completen las inspecciones técnicas. La Cruz Roja Turca también participa en la distribución de mantas, alimentos y agua, especialmente debido a las bajas temperaturas que afectan la región en esta época del año.

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