Con una voz firme y un tono emotivo, el expresidente Álvaro Uribe Vélez dirigió sus palabras a la jueza del caso que lo enfrenta a una de las decisiones más trascendentales en la historia judicial del país. “Señora juez, en mi alma yo quiero que usted me absuelva”, dijo Uribe durante su intervención final en el juicio que lo investiga por los delitos de soborno a testigos en actuación penal y fraude procesal.

El caso, que ha captado la atención nacional e internacional, tiene su origen en una denuncia presentada por el propio Uribe en 2012. Sin embargo, con el paso del tiempo, el proceso dio un giro inesperado que lo situó como principal acusado. La Fiscalía lo acusa de haber intentado manipular testigos para desacreditar al senador Iván Cepeda, quien en su momento lo relacionó con la creación de grupos paramilitares en Antioquia.

Argumentos de la defensa: “Fui víctima de un entrampamiento”

En su alegato final, el expresidente insistió en que fue víctima de un montaje judicial. “Jamás ordené buscar testigos, mucho menos ofrecer prebendas”, afirmó. A lo largo de su declaración, Uribe recalcó que nunca recurrió a maniobras ilegales para obtener información, y que su única intención fue aclarar los señalamientos hechos en su contra.

La defensa ha sostenido que Uribe actuó de buena fe al presentar las denuncias originales contra Cepeda y que el giro procesal que lo convirtió en investigado fue producto de lo que consideran un “entrampamiento” judicial, dirigido por algunos sectores dentro del sistema de justicia colombiano. El expresidente ha reiterado que el proceso ha afectado profundamente su vida familiar y reputación pública.

Asimismo, cuestionó el papel de varios testigos, algunos de los cuales han modificado sus versiones en repetidas ocasiones. En este sentido, pidió a la jueza tener en cuenta las inconsistencias, los antecedentes penales de algunos declarantes y las circunstancias en que fueron recogidos los testimonios.

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