El río Amazona s, conocido por ser el más caudaloso del mundo, está sufriendo una alarmante disminución de su caudal debido a una severa sequía que afecta a Colombia, Brasil y parte de Perú. En lugares como el municipio de Leticia, Colombia, las consecuencias son visibles: lo que antes era una vasta extensión de agua ahora muestra grandes superficies de arena expuestas, algo nunca visto antes en esta región. Las imágenes de playas emergidas en el lado peruano reflejan el devastador impacto de la sequía en uno de los ríos más importantes del planeta.

Esta sequía prolongada está afectando gravemente a la biodiversidad de la región. Especies como los delfines rosados, emblemáticos del ecosistema amazónico, enfrentan grandes dificultades para sobrevivir debido a los niveles bajos de agua y la falta de oxígeno. Las muertes de estos animales son un triste indicio de la gravedad de la crisis ambiental. Las embarcaciones, que solían moverse sin problemas por las aguas profundas del río, ahora se encuentran navegando entre bancos de arena, lo que dificulta el transporte fluvial y afecta la pesca, actividad vital para las comunidades locales.

El impacto de esta sequía va más allá de los daños ambientales. Las comunidades locales, que dependen del río Amazonas para su sustento, están enfrentando dificultades económicas crecientes. Las autoridades ambientales y los científicos de la región están trabajando arduamente para evaluar el daño y buscar soluciones que mitiguen los efectos de esta sequía. Mientras tanto, el futuro del ecosistema del Amazonas sigue siendo incierto, y la situación subraya la urgente necesidad de acciones globales contra el cambio climático.

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