Una cadena de explosiones en los suburbios de Beirut, vinculadas a los localizadores y walkie-talkies en manos de combatientes de Hezbolá, ha causado conmoción en el Líbano, con un saldo trágico de 12 muertos y casi 3,000 heridos. Este incidente, que ha puesto en alerta a las autoridades y socorristas, ocurre en un contexto de creciente tensión entre el grupo chií y el Estado de Israel.

El estallido de estos dispositivos se produjo en varios puntos del Líbano simultáneamente, lo que ha despertado interrogantes sobre la naturaleza del incidente, que algunos medios y fuentes cercanas a Hezbolá califican como un sabotaje. Aún no se ha confirmado oficialmente el motivo de estas explosiones, pero el hecho ha coincidido con una escalada en la retórica y acciones militares entre el grupo libanés y las fuerzas israelíes.

Hezbolá responde con proyectiles hacia Israel

En respuesta inmediata a este incidente, Hezbolá lanzó un ataque con cohetes hacia el norte de Israel, marcando su primera acción de este tipo en varias semanas. «Los combatientes de la Resistencia Islámica bombardearon los búnkeres de artillería del enemigo israelí en Neve Ziv con una andanada de cohetes», afirmó el grupo en un comunicado difundido tras el bombardeo. Este ataque fue presentado como una represalia a las recientes ofensivas israelíes en el sur del Líbano, donde tres personas murieron en Blida y dos más en Majdal Selm. Según Hezbolá, todas las víctimas formaban parte de la milicia chií.

El conflicto entre Hezbolá e Israel no es nuevo, pero el actual ciclo de violencia marca un punto crítico desde los enfrentamientos más graves entre ambos bandos desde la guerra de 2006. El intercambio de ataques ha reavivado viejas tensiones que nunca se han disipado completamente en la región. En los últimos meses, Israel ha intensificado sus advertencias sobre el potencial inicio de una guerra abierta contra el movimiento armado chií, lo que ha generado nerviosismo entre la población y las autoridades libanesas.

Escalada en las tensiones: antecedentes y posibles consecuencias

La explosión de los localizadores en Beirut no solo ha causado un impacto directo en términos de víctimas, sino que también ha encendido las alarmas sobre una posible provocación orquestada. Aunque Hezbolá ha acusado a Israel de estar detrás de estas detonaciones, no se ha emitido una confirmación oficial al respecto, lo que deja espacio a múltiples especulaciones. Las autoridades israelíes, por su parte, han mantenido su habitual política de silencio frente a este tipo de acusaciones.

Es importante destacar que el recrudecimiento de las hostilidades entre Israel y Hezbolá no se limita a estos recientes ataques. Desde octubre, ambos bandos han estado inmersos en un fuego cruzado casi constante, lo que ha exacerbado las tensiones en la región. Las muertes recientes de miembros de Hezbolá y la respuesta con el lanzamiento de proyectiles solo añaden más combustible a un conflicto que parece difícil de contener.

Hezbolá, un grupo político y militar con fuerte presencia en el Líbano, cuenta con el respaldo de Irán y se ha consolidado como una de las principales fuerzas de resistencia contra Israel en la región. Israel, por su parte, sigue siendo uno de los actores más influyentes en el conflicto de Medio Oriente, y ha mostrado poca disposición para negociar con el grupo chií. Ambos bandos han prometido mantener una postura firme, lo que genera preocupación sobre una posible escalada hacia una guerra de mayor envergadura.

Expectativas de un conflicto mayor

A pesar de que Hezbolá ha prometido una «respuesta acorde» al Estado judío por las recientes agresiones, esta aún no se ha producido en su totalidad. Esto ha generado un clima de incertidumbre entre los observadores internacionales y la propia población libanesa. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar ambos bandos? El riesgo de que estas escaramuzas se conviertan en un conflicto a gran escala es latente, y la comunidad internacional observa de cerca los movimientos de ambos actores.

Las explosiones en los suburbios de Beirut, sumadas a los recientes ataques con cohetes, marcan un punto de inflexión en las tensiones entre Hezbolá e Israel. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si este ciclo de violencia desemboca en un enfrentamiento militar más amplio o si se logra algún tipo de contención antes de que la situación se descontrole por completo.


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