Violencia contra las mujeres y derechos humanos son los temas que hoy ocupan el centro de la atención en Chocó, luego de que se reportara el secuestro de cinco jóvenes emberá en la comunidad indígena de Punto Viejo. Este hecho, atribuido a miembros del Clan del Golfo, ha generado una ola de indignación y preocupación en todo el país. Las víctimas, de entre 14 y 19 años, fueron obligadas a bailar para sus captores, un acto que simboliza el profundo abuso y vulnerabilidad que viven las mujeres en esta región.

Este lamentable suceso se suma a una serie de denuncias que evidencian el deterioro de la situación de orden público en Chocó, donde, desde el confinamiento forzado impuesto por los grupos armados, se han registrado 108 homicidios, la mayoría cometidos por bandas delincuenciales y el Clan del Golfo. Ante este panorama, las organizaciones de mujeres han alzado su voz para exigir al Gobierno Nacional una intervención que garantice la seguridad y el respeto a los derechos humanos, especialmente de las mujeres y niñas.

El secuestro de cinco jóvenes emberá: un nuevo episodio de violencia

Las cinco jóvenes emberá secuestradas son:

  • Merina Forastero Isarama (14 años)
  • Enerita Forastero (14 años)
  • Yorleydi Chamorro Morroco (15 años)
  • Yamilda Forastero Isarama (18 años)
  • Clara Chamorro Morroco (19 años)

Estas adolescentes y jóvenes fueron obligadas a bailar para miembros del Clan del Golfo en medio de actos de violencia y humillación. Algunas de ellas intentaron huir, pero finalmente fueron secuestradas por el grupo armado, y hasta el momento su paradero sigue siendo incierto. La denuncia de este secuestro ha generado gran indignación, tanto en las comunidades indígenas como en el resto del país, que ve en este acto una muestra más de la desprotección que sufren las mujeres en zonas de conflicto.

El caso de estas jóvenes no es un hecho aislado. Las organizaciones sociales han advertido que las mujeres y niñas indígenas han sido sistemáticamente violentadas por los actores armados en el Chocó, un departamento que históricamente ha sido víctima del abandono estatal y la violencia de grupos ilegales. El secuestro de las cinco jóvenes emberá ha visibilizado nuevamente la urgente necesidad de que el Gobierno tome acciones contundentes para proteger a la población civil, especialmente a las mujeres y niñas, quienes son las más vulnerables en estos contextos de conflicto.

La respuesta institucional y el clamor de la comunidad

Frente a la alarmante situación en Chocó, el alcalde de Quibdó, Rafael Bolaños Pino, se trasladó a Bogotá para solicitar una intervención urgente del Gobierno Nacional que garantice la seguridad de los habitantes del departamento. Bolaños hizo un llamado a las autoridades para que cesen las violaciones de los derechos humanos, señalando que la violencia en la región ha alcanzado niveles insostenibles y que la población, especialmente las mujeres, necesita protección inmediata.

La Defensoría del Pueblo también ha emitido varias alertas sobre los abusos que están sufriendo las mujeres en Chocó. En informes publicados los días 8 y 24 de mayo de este año, se documentaron casos de extorsión, acoso sexual y violencia contra mujeres que han solicitado ayudas humanitarias y recursos de indemnización. El informe revela que muchas de estas víctimas han llegado a expresar que no soportan más la degradación y el abuso, hasta el punto de contemplar el suicidio. La Defensoría advirtió que muchas mujeres temen hablar de lo sucedido por miedo a represalias, lo que ha dificultado que se conozca la magnitud real del problema.

En este contexto, las organizaciones de mujeres han lanzado una serie de exigencias al Gobierno, pidiendo una respuesta inmediata y estructural a la crisis de violencia que afecta a Chocó. Entre las solicitudes se destacan:

  • Reactivar los acuerdos humanitarios y los ceses al fuego: Las organizaciones exigen que se reanuden las negociaciones entre el Gobierno Nacional y los actores armados para proteger a la población civil y reducir la violencia en la región.
  • Exigir el respeto al Derecho Internacional Humanitario: Se pide especial atención a los derechos de las mujeres y niñas, quienes son las más afectadas por la violencia de género en este contexto.
  • Declarar al Chocó como prioridad en el Plan de Desarrollo: Las mujeres y niñas de Chocó necesitan que se implementen medidas específicas para prevenir y sancionar la violencia de género, garantizando una vida libre de violencia para todas.
  • Establecer un canal de diálogo con las organizaciones de mujeres: Las voces de las mujeres deben ser escuchadas en los procesos de negociación y construcción de paz, ya que son ellas quienes están sufriendo las consecuencias más graves del conflicto.

«No somos la generación del no futuro»

El mensaje final de las organizaciones de mujeres es claro: «NO SOMOS LA GENERACIÓN DEL NO FUTURO». Esta frase refleja la resistencia y la lucha de las mujeres de Chocó, que, a pesar de las adversidades, no están dispuestas a rendirse ante la violencia y la injusticia. Exigen que sus derechos sean reconocidos y respetados, y que el Gobierno actúe de manera efectiva para detener la violencia que las afecta.

El secuestro de las cinco jóvenes emberá es solo un ejemplo del peligro constante al que se enfrentan las mujeres en el Chocó. Sin embargo, es también un llamado urgente a la acción, una oportunidad para que el Gobierno y la sociedad en su conjunto reconozcan la gravedad de la situación y tomen medidas para garantizar una vida digna y libre de violencia para todas las mujeres y niñas de la región.


Entérate con El Expreso