Hoy, mientras hacía un ejercicio de introspección, me sorprendió una revelación sencilla pero poderosa. Me di cuenta de que algunas situaciones que se repiten en mi vida no lo hacen por casualidad, sino porque algo dentro de mí aún necesita que sucedan. 

A veces la vida parece insistir. Como si alguien hubiera puesto en pausa esa escena incómoda que ya viviste antes: la misma discusión con otra persona, la frustración que se sabe conocida, ese miedo que vuelve aunque creías haberlo enterrado. «¿Por qué me pasa esto otra vez?», te preguntas, casi con rabia. Y la respuesta, aunque duela un poco al principio, es también la puerta para salir del círculo: te pasa porque algo en ti —sin que te des cuenta— sigue necesitando que pase. 

Pero esto no es un castigo. Es una oportunidad disfrazada de problema repetido. 

Imagina por un momento que todo lo que te ocurre es un mensaje cifrado. Que cuando sientes que no te valoran, en realidad es tu propia voz interior la que repite en secreto: «No soy suficiente». Que cuando tropiezas una y otra vez con el mismo tipo de personas, es porque hay una herida antigua que pide ser vista. La vida no es injusta contigo: es increíblemente honesta. Te devuelve, como un espejo, lo que llevas dentro aunque no quieras mirarlo. 

Entonces llega la tentación de decir: «Voy a cambiar». Y lo intentas. Lees libros, repites afirmaciones, te prometes que esta vez será diferente. Pero pronto descubres lo que todos descubrimos: no basta con pensar distinto. Es como si tuvieras el mapa perfecto para salir del laberinto, pero las piernas no te responden. Porque el cambio verdadero no es solo cuestión de mente, sino de energía. 

¿Y si el problema no fuera la piedra en tu camino, sino tu manera de caminar? 

Hay un ejercicio sencillo que puede ayudarte. La próxima vez que sientas que la historia se repite, pregúntate: «¿Qué sentimiento viejo hay detrás de esto?» Porque casi siempre, lo que parece un problema nuevo es un dolor antiguo con otro disfraz. 

No se trata de culparte. Se trata de hacerte dueño de tu poder. Si hay algo que la vida te repite, es porque hay algo que necesitas aprender. Y cuando lo aprendes, el círculo se rompe. 

Así que hoy, en lugar de preguntar «¿Por qué me pasa esto?», prueba a preguntar: «¿Qué necesita sanar en mí para que esto deje de pasarme?» La respuesta no siempre llega rápido, pero siempre llega. Y cuando lo haga, no la ignores.–

CLAUDIA ESPERANZA CASTAÑO MONTOYA

LíderEmociónyEspíritu Mass Media es la expresión multimedia de la misión de conexión Emocional y Espiritual de la Fundación Ok Futuro

siguenos

Pereira, Calle 18 No 5-27, 1101; 

Nit: 816006005-4

CEL- WS: 300 7820422

Entérate con El Expreso