reencausar el conocimiento mao
Credit: Christian Orrego

Dicen que la juventud se perdió, que ya no sueña, que se quedó dormida entre pantallas y promesas rotas. Pero pocos se detienen a mirar más allá del ruido. Pocos notan que hay fuego encendido bajo tanto humo.

Es cierto que hay quienes prefieren perderse en las drogas, dejarse arrastrar por la comodidad y desperdiciar las oportunidades académicas y laborales que hoy son más accesibles que nunca Algunos le sacan el cuerpo al trabajo duro, pero sueñan con sueldos de presidente sin haber estudiado ni esforzarse. Muchos han cambiado la ostentación del narcotráfico por un nuevo modelo de mediocridad, es cierto, algunos se dejan llevar por lo fácil: por la fama rápida, por el placer sin propósito, por algunos influenciadores que entretienen, pero no siempre inspiran. Sin embargo, esa no es toda la historia.

En medio del ruido, de las voces que critican y de los caminos fáciles, se alza una generación distinta los que avanzan en silencio. Jóvenes que madrugan para estudiar, que ayudan en casa sin que nadie se los pida, que se esfuerzan por salir adelante sin perder la fe. Son quienes construyen sin alardes, quienes transforman su entorno con actos sencillos, con amor y con constancia, Son aquellos que no se excusan ni se justifican: actúan.

Y mientras otros hacen ruido, ellos edifican; mientras algunos buscan fama, ellos buscan propósito; mientras muchos dudan, ellos creen.

He visto a estos jóvenes levantar sueños con las manos vacías, tejer redes de apoyo silenciosas,  avanzar con firmeza cuando otros retroceden. No están en los titulares escandalosos ni en las tendencias pasajeras, pero están ahí… construyendo futuro.

No están perdidos, están formándose; están construyendo carácter, aprendiendo a tener paciencia, a confiar en Dios y en el proceso, están más allá del ruido firmes en medio de la tormenta, con fe en la incertidumbre y con esperanza en medio de un mundo que muchas veces no los valora.

Ellos son la verdadera juventud: la que inspira, transforma y siembra hoy lo que mañana otros cosecharán.

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