Se han vuelto constantes las desilusiones por parte del Gobierno Nacional, desde el Jefe de Estado hasta las direcciones ministeriales. Es preocupante cómo se venden los ideales y los principios una vez se llega al poder. Es delirante como se instrumentaliza a quienes salieron a las calles en búsqueda de un cambio urgente y una vez que se logra, se perpetran violencias simbólicas, estructurales e institucionales que afectan a quienes alzan su voz para mostrar sus inconformidades. 

Es preocupante la desesperanza que deja el Pacto Histórico de cara a las elecciones presidenciales del 2026. Donde los partidos tradicionales y conservadores se venden políticamente como la esperanza del país y toman una ventaja muy amplia con todas aquellas acciones erróneas y malas decisiones que determina Gustavo Petro. 

Tenía razón el exconsejero de juventud por el departamento de Santander, el joven William Molina cuando sostuvo que Gustavo Petro y su equipo de trabajo han mantenido un -discurso populista-. Fundamento que en la medida de lo posible puede ser apoyado por la exconsejera nacional de juventud, Claudia Milena Córdoba, cuando con fervor exige al gobierno -soluciones concretas-. La realidad es que muchas de las preocupaciones de este gobierno, han sido externadas reiterativamente. Sin embargo, la imposición de Petro ha sido recurrir a la politiquería y a las antiguas prácticas que han socavado las subjetividades de la sociedad y su dignificación. 

En pase de lista, es importante recordar los acontecimientos suscitado por el Jefe de Estado en estos días: I) Su interés en designar a una joven que no representa las banderas de la juventud y que cae lastimosamente en las malas y cuestionables prácticas de la política, aspecto que se ha denunciado tajantemente. II) Alburear a lo/as jóvenes que luchan en el territorio y peor así, de la educación. III) Tomarse por la tangente,  la cuota de paridad de género en su gobierno. IV) Lanzar comentarios sexistas y cargados de misoginia a sus subalternas. V) por último y no menos importante, la deuda y demora en los pagos a las Instituciones de Educación Superior (IES). 

Es necesario que estos antecedentes sean contemplados al tomar decisiones en la próxima contienda electoral. La invitación es a anticipar las estrategias de pedagogía que, por un lado, no permitan que los partidos tradicionales lleguen al poder con sus discursos hegemónicos y por el otro, no se consideren malas decisiones y acciones populistas en el próximo gobierno.  

Espero que esta sátira política no solo sea percibida al Gobierno de Gustavo Petro, sino que vaya más allá, de encontrar las fallas en el sistema y corregirlas en conjunto, para prever bienestar y justicia social en el próximo cuatrienio. 

Me ha atormentado la siguiente pregunta ¿Será que al Gobierno de Petro se le olvidó la fuerza popular que lo llevó al poder o en su defecto será que su cosmovisión de política es aquella que se fundamenta por medio de posturas antagónicas y carentes de sentido?, quizás con su apoyo logremos descifrar estas particularidades.

Muchas gracias a todo/as los lectores por el intercambio de perspectivas y conocimientos. 

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