La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha impuesto una sanción de 20 meses al ciclista brasileño Vinicius Rangel, exintegrante del equipo Movistar, por haber incumplido las normas de localización en tres controles antidopaje durante los últimos 12 meses. La decisión, anunciada oficialmente este martes, ha generado debate dentro del mundo del ciclismo profesional.

Tres controles fallidos equivalen a un positivo

Según el Código Mundial Antidopaje y la normativa vigente de la UCI, la falta de localización en tres controles dentro de un periodo de doce meses se considera equivalente a un resultado positivo. En consecuencia, Rangel, de 24 años, deberá cumplir una suspensión que se extenderá hasta el 26 de agosto de 2027, contando desde el 27 de agosto de 2025, fecha en la que inició el proceso disciplinario.

La sanción se alinea con el marco legal que rige para los deportistas profesionales y busca reforzar el compromiso con la transparencia y la integridad del ciclismo internacional. La UCI reiteró que las reglas se aplican de manera uniforme, sin importar la nacionalidad ni el equipo al que pertenezca el atleta.

Un golpe para la carrera del joven brasileño

Rangel, considerado una de las promesas del ciclismo sudamericano, había formado parte del Movistar Team hasta 2024, destacando por su talento en pruebas de montaña y por su papel como gregario en grandes vueltas. Su salida del equipo coincidió con un periodo de bajo perfil competitivo, y ahora la sanción podría comprometer seriamente su regreso a la élite.

Fuentes cercanas al entorno del corredor señalaron que los incumplimientos se debieron a errores administrativos relacionados con la actualización de su paradero, un requisito obligatorio dentro del sistema ADAMS, que permite a las autoridades antidopaje localizar a los deportistas en cualquier momento. Sin embargo, hasta el momento ni el ciclista ni su equipo han emitido declaraciones públicas sobre el caso.

La UCI refuerza su política de tolerancia cero

La organización internacional reiteró en su comunicado que la vigilancia y los controles forman parte esencial de su política de tolerancia cero contra el dopaje, destacando la importancia de la cooperación entre atletas, equipos y organismos de control. Este tipo de sanciones, aunque infrecuentes, buscan mantener la credibilidad del deporte y garantizar que todos los competidores compitan en igualdad de condiciones.

Con esta decisión, la UCI envía un mensaje claro sobre la responsabilidad individual de los ciclistas en el cumplimiento de las normas antidopaje, reforzando su compromiso con la transparencia y la ética deportiva.

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