El evento de presentación, realizado en Bogotá, marca el punto de partida de una campaña ambiciosa en la que el partido se propone alcanzar al menos 25 curules en la Cámara Alta. Con este número como referencia simbólica y estratégica, buscan consolidar una bancada con peso suficiente para incidir en las principales decisiones del próximo periodo legislativo.

Un retorno que sacude el ajedrez político nacional

El regreso de Álvaro Uribe al escenario electoral representa una movida significativa. Aunque su figura nunca se ha alejado del debate público, esta es la primera vez desde 2018 que el exmandatario vuelve a aspirar formalmente a un escaño. Su presencia en la lista busca dinamizar la campaña, movilizar las bases del partido y proyectar una imagen de cohesión en medio de un panorama político fragmentado.

Ubicado en la casilla 25, Uribe no encabeza la lista, pero su número tiene una connotación estratégica: refleja la meta mínima de escaños que el partido espera alcanzar. En un sistema de lista cerrada, su ubicación se convierte en un mensaje directo tanto a simpatizantes como a adversarios: el expresidente se suma, pero también empuja a toda la bancada.

Este regreso también se da en un contexto en el que el Centro Democrático busca redefinirse tras años de desgaste político y cuestionamientos internos. Con una dirigencia renovada y el impulso de Uribe, el partido busca reconfigurar su papel como oposición y como alternativa de poder.

Nuevas figuras y rostros emergentes en la lista cerrada

La lista presentada por el Centro Democrático incluye una combinación de nuevos liderazgos, jóvenes profesionales y exfuncionarios que representan diversas regiones del país. Aunque aún no se ha revelado la totalidad de los nombres, se ha confirmado que varios exconcejales, líderes sociales y figuras provenientes del sector empresarial y académico tendrán protagonismo.

El enfoque del partido es mostrar una cara más diversa y moderna, sin perder su identidad ideológica. La fórmula de lista cerrada permite presentar un equipo cohesionado, alineado con los postulados del uribismo, pero con voceros que puedan conectar con públicos más amplios, especialmente en regiones donde el partido ha perdido fuerza.

En la presentación, los voceros del Centro Democrático insistieron en que esta lista no solo busca sumar votos, sino también proyectar una bancada con capacidad técnica, liderazgo territorial y formación en temas clave como seguridad, economía y justicia. De cara a una legislatura que tendrá grandes debates estructurales, el partido quiere posicionarse como una fuerza con propuestas claras y vocación de gobierno.

¿Qué significa esta apuesta electoral para el Congreso de 2026?

La meta de alcanzar 25 senadores es ambiciosa, especialmente en un contexto donde el Congreso se ha vuelto más fragmentado y las alianzas son volátiles. Sin embargo, con el regreso de Uribe y una campaña centrada en seguridad, economía y defensa de la institucionalidad, el partido espera recuperar terreno, particularmente en regiones donde históricamente ha sido fuerte como Antioquia, el Eje Cafetero y sectores de la Costa Caribe.

Además, al presentar una lista cerrada, el partido evita disputas internas por votos preferentes y enfoca su estrategia en el trabajo colectivo y en la movilización de una base sólida. Esto también les permite diseñar una campaña nacional más homogénea, con un mensaje unificado y un uso más eficiente de los recursos.

La presencia de Uribe en la contienda también tendrá efectos en el comportamiento de otros actores políticos. Su figura polariza, pero también activa sectores del electorado que se sentían distantes o escépticos frente a la política actual. ¿Será suficiente su regreso para reposicionar al uribismo en el centro del debate nacional?

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