Artefacto explosivo frente a la iglesia Inmaculada Concepción en Jambaló, Cauca, ha despertado preocupación y temor en una región ya golpeada por el conflicto armado. Este incidente, que afortunadamente no dejó víctimas ni daños materiales, pone de manifiesto la creciente tensión en el departamento y la compleja realidad de su seguridad.

Fueron los mismos habitantes quienes detectaron el objeto sospechoso, alertando de inmediato a las autoridades locales. La pronta intervención permitió evacuar la zona y desplegar un equipo especializado en explosivos que aseguró el área, hoy bajo estricta vigilancia.

La hipótesis detrás del ataque: represalias contra la parroquia

Según las primeras investigaciones, las disidencias de las Farc, específicamente el bloque occidental, serían los responsables del atentado. Voceros de la fuerza pública plantean que podría tratarse de una represalia contra la iglesia. Esta habría colaborado recientemente con la Policía Nacional en la organización de una novena navideña, un acto que, aunque comunitario y religioso, habría incomodado a grupos armados ilegales.

Otra línea de investigación apunta a que el artefacto habría sido instalado como señuelo, una táctica común en zonas de conflicto. La intención sería atraer al equipo especializado en desactivación de explosivos y atacar a los uniformados en el proceso, aumentando la percepción de inseguridad en el municipio.

En diálogo con la revista Alternativa, fuentes oficiales señalaron que la zona ha registrado actividad reciente de varios grupos armados organizados, lo que complica aún más el panorama.

Un Cauca en constante asedio por los grupos armados ilegales

El municipio de Jambaló no es un caso aislado en el departamento del Cauca, una región que en las últimas semanas ha sido epicentro de violentos enfrentamientos entre las fuerzas del Estado y grupos ilegales. Apenas días antes, tropas del Ejército Nacional fueron atacadas en un hecho atribuido al frente liderado por alias Iván Mordisco, una de las figuras más relevantes en las disidencias de las Farc. Este ataque dejó como saldo un soldado muerto y otro gravemente herido.

La violencia en el Cauca sigue cobrándose vidas y sembrando miedo entre la población civil. Según informes de las autoridades, los grupos armados ilegales en el departamento son responsables de masacres, homicidios selectivos, secuestros y reclutamiento forzado. A través del uso de explosivos y armas de largo alcance, estas estructuras intentan consolidar su control territorial y someter a las comunidades bajo amenazas constantes.

El conflicto no solo enfrenta a los grupos ilegales con la fuerza pública, sino que también ha desatado una pugna entre las disidencias de las Farc, la Segunda Marquetalia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este enfrentamiento interno por el control territorial y de economías ilícitas, como el narcotráfico, agudiza aún más la situación.

La respuesta militar: ¿suficiente para contener la crisis?

Como parte de una estrategia para recuperar el control en el departamento, el Ejército Nacional ha desplegado más de 383 uniformados en la última semana, sumados a otros 120 que se incorporarán en las próximas horas. Este contingente incluye comandos élite de Fuerzas Especiales, además de 12 vehículos blindados que han sido ubicados estratégicamente en el Cañón del Micay, una de las principales rutas del narcotráfico en la región.

Estas medidas terrestres cuentan con el respaldo de operativos aéreos, incrementando la capacidad operativa de las tropas para enfrentar cualquier eventualidad. En palabras de las Fuerzas Militares, la prioridad es «contrarrestar cualquier acción terrorista que pretenda afectar a la población civil».

A pesar de los esfuerzos, el desafío que enfrenta el Estado en esta región es monumental. Más allá de las acciones militares, resulta crucial que se implementen estrategias integrales que incluyan la participación comunitaria, la inversión social y el fortalecimiento de la justicia para debilitar verdaderamente la influencia de los grupos armados ilegales.

El impacto sobre la comunidad y el futuro del Cauca

Incidentes como el de la iglesia Inmaculada Concepción dejan en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades en el Cauca frente al accionar de los grupos armados. El miedo y la incertidumbre se han vuelto parte del día a día para los habitantes, quienes ven cómo los espacios de convivencia y seguridad son reducidos por un conflicto que parece no tener fin.

La pregunta que surge entonces es: ¿será suficiente la respuesta militar para devolver la tranquilidad a Jambaló y al resto del Cauca, o se requiere un enfoque más integral que ataque las raíces de este prolongado conflicto?

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