En un nuevo capítulo de la política económica estadounidense, el presidente Donald Trump anunció su intención de imponer un arancel del 50% a las importaciones provenientes de la Unión Europea (UE) a partir del 1 de junio de 2025. El anuncio, realizado a través de su plataforma Truth Social, marca un giro contundente en las relaciones comerciales entre ambos bloques, que ya enfrentaban tensiones desde el regreso del mandatario al poder.
Trump criticó duramente el funcionamiento del bloque europeo, al que acusó de haber sido creado “con el objetivo principal de aprovecharse de EE.UU. en el comercio”. Según el presidente, las actuales negociaciones comerciales EE.UU.-UE “no están dando frutos”, por lo que sugiere una medida que podría redefinir el panorama económico transatlántico.
Un déficit “inaceptable” y barreras “poderosas”: los argumentos de Trump
El presidente norteamericano argumentó que las barreras comerciales, los impuestos al valor agregado (IVA), las sanciones corporativas y otras prácticas no arancelarias de la UE han generado un déficit comercial con EE.UU. que califica como “totalmente inaceptable”. En su publicación, Trump incluyó una lista de quejas que abarca desde supuestas “manipulaciones monetarias” hasta “demandas injustificadas contra empresas estadounidenses”.
En este contexto, la Casa Blanca ha defendido su estrategia comercial bajo la premisa de protección de la industria nacional. El presidente fue enfático: “No se aplicará ningún arancel si el producto se fabrica en Estados Unidos”. Esta cláusula busca incentivar la relocalización de industrias extranjeras en suelo estadounidense, alineada con su política de “Estados Unidos primero”.
Aranceles previos y nuevas tensiones: un patrón en la política comercial
Desde su retorno al poder, Trump ha reactivado múltiples medidas arancelarias. Entre ellas, se destacan tarifas del 25% sobre el acero y el aluminio, y otro 25% sobre automóviles y componentes importados. Además, rige un arancel de base del 10% aplicable a todos los socios comerciales, que en el caso de la UE podría llegar al 20% tras la expiración de una pausa temporal el próximo 9 de julio.
Estas decisiones han generado fricciones con varios aliados tradicionales, incluida la UE, que ya había respondido con contramedidas sobre productos estadounidenses, aunque actualmente suspendidas hasta el 14 de julio como gesto de buena voluntad para continuar con las negociaciones.
¿Hay espacio para un acuerdo? La UE prepara su propia respuesta
A pesar del tono confrontacional, existen gestos diplomáticos desde ambas partes. El vicepresidente estadounidense JD Vance declaró recientemente en Roma que existe la voluntad de lograr una “mayor sinergia” entre Washington y Bruselas. Esta afirmación se dio en paralelo a los avances en negociaciones técnicas, que buscan superar el marco actual y alcanzar un tratado más beneficioso que los ya logrados con Reino Unido y China.
Sin embargo, el margen para un acuerdo parece estrecharse. La Comisión Europea ya estudia nuevas contramedidas por un valor de hasta 100.000 millones de euros, con foco en productos agrícolas e industriales de EE.UU., como medida preventiva si las conversaciones fracasan. El plazo para presentar estas propuestas concluye el próximo 10 de junio.
¿Qué impacto podría tener un arancel del 50% sobre el comercio global?
El anuncio de un arancel del 50% plantea serias implicaciones económicas y geopolíticas. Analistas advierten que esta medida podría desatar una nueva ola de proteccionismo comercial, deteriorar las cadenas de suministro globales y provocar represalias más severas por parte de Bruselas. Además, podría afectar sectores clave como la automoción, la agricultura y la tecnología, con consecuencias para empresas y consumidores en ambos lados del Atlántico.
La escalada arancelaria también tendría un impacto en el comercio global, ya tensionado por otros conflictos comerciales en Asia y Latinoamérica. La pregunta que queda es si la amenaza arancelaria de Trump es una táctica de presión o un cambio estructural en la política económica estadounidense.