El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que las Fuerzas Armadas “empezarán muy pronto” a detener a los narcotraficantes de Venezuela por tierra. La declaración fue realizada durante una llamada de Acción de Gracias con personal militar, en la que aseguró que las operaciones marítimas ya han sido un éxito y que ahora el país se prepara para ampliar su estrategia. Según el mandatario, el descenso en las rutas marítimas obligará a las organizaciones criminales a intentar nuevos métodos, los cuales —según dijo— serán enfrentados directamente en territorio continental.
Trump destacó que las acciones realizadas hasta el momento han impactado en el tráfico ilegal que sale “en su mayoría de Venezuela”. En su mensaje, afirmó que las fuerzas estadounidenses ya habían conseguido reducir significativamente el flujo de droga por vía marítima desde septiembre. Aunque no reveló detalles específicos sobre cómo se llevarán a cabo estas nuevas medidas terrestres, sí insistió en que serán implementadas “muy pronto” como parte del objetivo de detener lo que calificó como una amenaza a la seguridad nacional.
Operaciones militares y ataques en el Caribe y el Pacífico
Durante su intervención, Trump aseguró que en los últimos meses las Fuerzas Armadas han destruido más de 20 lanchas presuntamente vinculadas al narcotráfico, dejando más de 80 personas muertas en el proceso. Indicó que la mayoría de estas embarcaciones provenían de Venezuela, dentro de una campaña que ha tenido lugar tanto en el Caribe como en el Pacífico. Para el mandatario, estas acciones forman parte de una política más amplia enfocada en impedir que “veneno” llegue a Estados Unidos.
El presidente enfatizó que las operaciones marítimas han logrado detener el 85 % del flujo de droga por mar, lo que, según él, obliga a los narcotraficantes venezolanos a buscar nuevas rutas. En su declaración, sostuvo que este cambio de dinámica motivó la decisión de prepararse para las detenciones terrestres, una fase que no explicó en detalle pero que calificó como más sencilla desde el punto de vista operativo.
En el mismo mensaje, Trump reiteró que estas medidas responden al hecho de que “matan a miles de personas al año” en Estados Unidos. Para él, las capacidades militares desplegadas recientemente demuestran la determinación del país para enfrentar a estas redes, que considera una amenaza directa para la salud y la seguridad de la población estadounidense.
Escalada de tensión entre Estados Unidos y Venezuela
Las declaraciones del mandatario se producen en un contexto de creciente tensión bilateral. Desde el 16 de noviembre, Estados Unidos desplegó su mayor portaaviones, el USS Gerald R. Ford, en el Caribe. Además, el Gobierno estadounidense declaró como organización terrorista al Cartel de los Soles, grupo al que vincula directamente con el gobernante venezolano Nicolás Maduro. Este señalamiento incrementó aún más las fricciones entre ambos países.
A pesar de este escenario, Trump insistió en que no ha decidido bombardear infraestructura en Venezuela ni atacar a Maduro. Según manifestó, aún es posible sostener una conversación con el líder venezolano, con quien dijo que “podría hablar para salvar muchas vidas”. Estas afirmaciones se suman a la postura expresada por el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, quien afirmó que una conversación entre Trump y Maduro sería “bienvenida”.
En medio de la disputa diplomática y militar, la Fuerza Aérea estadounidense reveló que aviones bombarderos B-52H realizaron demostraciones en el Caribe, un movimiento que refuerza la presencia militar de Estados Unidos en la región. Aunque no se confirmó si estas operaciones están directamente relacionadas con las declaraciones del presidente, sí representan una continuidad del despliegue estratégico iniciado semanas antes.
Nuevas acciones militares en el horizonte
Trump señaló que las fases terrestres de esta estrategia forman parte de un esfuerzo para “encargarse de la situación”, asegurando que las operaciones actuales han sido efectivas. Para el presidente, la reducción drástica del tráfico por mar es una prueba del impacto de las medidas desplegadas desde septiembre. El mandatario insistió además en que se emitieron advertencias previas para que se detuviera el envío de droga desde Venezuela hacia Estados Unidos.
En su comunicación con miembros del Ejército, Trump reforzó la idea de que los narcotraficantes venezolanos representan una amenaza persistente. Aseguró que, aunque los esfuerzos actuales han logrado contener gran parte del flujo ilícito, la ofensiva continuará tanto por mar como por tierra. De acuerdo con sus palabras, la estrategia busca impedir que organizaciones vinculadas al narcotráfico sigan aprovechando rutas de tráfico hacia territorio estadounidense.
La ampliación de las operaciones terrestres y el incremento de la presencia militar en el Caribe y el Pacífico consolidan un escenario tenso que se desarrolla en paralelo a declaraciones políticas y acusaciones cruzadas entre ambos gobiernos. Las palabras del mandatario estadounidense se suman a un clima ya marcado por señalamientos, sanciones y movimientos militares estratégicos en la región.

