El asesinato de Sara Millerey, una mujer trans de 32 años, en Bello, Antioquia , ha causado conmoción en Colombia. Sara fue víctima de un ataque brutal que terminó en su muerte por ahogamiento, luego de ser arrojada a una quebrada con fracturas en sus extremidades, lo que le impidió escapar.
El hecho quedó registrado en un video que se viralizó en redes sociales , evidenciando la extrema violencia que aún enfrenta la comunidad trans en el país. Organizaciones defensoras de derechos humanos, como Caribe Afirmativo, han denunciado que en 2025 ya han sido asesinadas 25 personas LGBTIQ+ , de las cuales 15 eran personas trans .
Por su parte, la Defensoría del Pueblo alertó que en los primeros tres meses del año se han identificado 13 transfeminicidios, cifras que reflejan la alarmante violencia y discriminación que sigue padeciendo esta población.
Ante el crimen, el presidente Gustavo Petro se pronunció, calificándolo como un acto de «fascismo», subrayando la existencia de ideologías violentas que siguen atentando contra la diversidad en Colombia.
En respuesta a este hecho, colectivos LGBTIQ+ han convocado movilizaciones y velatones en ciudades como Bogotá y Medellín, exigiendo justicia para Sara y medidas concretas para detener la violencia contra la comunidad trans.
Este trágico suceso reabre el debate sobre la falta de garantías para la seguridad de las personas trans en Colombia y la necesidad urgente de políticas públicas efectivas para prevenir crímenes motivados por la transfobia.