El fuerte terremoto en Cundinamarca ocurrido este domingo, con una magnitud de 6.4, dejó serias consecuencias en los municipios de Medina y Paratebueno, donde se reportan las mayores afectaciones estructurales. Según información oficial, más de 350 viviendas, siete iglesias y 15 escuelas presentan daños de consideración. La magnitud del evento sísmico ha obligado a suspender las clases en las instituciones educativas de ambas localidades hasta que se realicen las evaluaciones técnicas correspondientes.

El gobernador Jorge Emilio Rey se desplazó personalmente hasta la zona afectada para liderar las acciones de emergencia. Desde allí hizo un llamado al Gobierno nacional para fortalecer la atención inmediata a los damnificados. “Podemos decir que entre Paratebueno y Medina tenemos más de 350 viviendas afectadas”, declaró Rey, destacando la urgencia de atender a los cientos de familias que perdieron parcial o totalmente sus hogares.


Suspendidas las clases y evaluación urgente de infraestructura

Una de las medidas más inmediatas adoptadas por las autoridades fue la suspensión de clases en las escuelas afectadas. De acuerdo con el gobernador, 15 instituciones educativas presentan daños que comprometen la seguridad de los estudiantes. El regreso a las aulas dependerá de la evaluación técnica que determine la estabilidad de las estructuras escolares.

La suspensión académica tiene como objetivo prevenir riesgos adicionales, mientras los expertos en infraestructura realizan un análisis detallado del estado de los edificios. Esta acción busca garantizar la integridad física de los menores y del personal docente. El temor a réplicas del sismo también mantiene en alerta a la población, que ha sido instruida para mantenerse en espacios seguros y seguir las recomendaciones de los organismos de emergencia.


Albergues habilitados para más de 800 personas

Frente al número creciente de damnificados, las autoridades departamentales habilitaron albergues para brindar refugio a más de 800 personas. Estos espacios fueron equipados con servicios básicos, incluyendo baños públicos y acceso a agua potable mediante carrotanques. Además, Enel trasladó desde Bogotá plantas eléctricas para restablecer el fluido eléctrico en las zonas más críticas.

La atención prioritaria incluye la entrega de kits de ayuda humanitaria y el acompañamiento psicosocial a los afectados. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) también está en el terreno, listo para intervenir en situaciones que involucren a niños, niñas y adolescentes. La intención es garantizar la protección integral de los menores durante la emergencia.


Seguridad y apoyo logístico coordinado con el Ejército y la Policía

Para evitar que la situación se agrave con actos de delincuencia, el gobierno departamental coordina con el Ejército Nacional y la Policía la vigilancia permanente en los centros poblados. El objetivo es proteger las viviendas desocupadas y mantener el orden público en medio del caos que suele provocar este tipo de desastres.

“El trabajo conjunto con las fuerzas militares y policiales busca evitar hurtos, atracos o situaciones de inseguridad que suelen aparecer cuando la gente no puede permanecer en sus casas”, puntualizó Rey. La presencia institucional ha sido clave para transmitir tranquilidad a la comunidad y reforzar la percepción de seguridad.

Mientras tanto, los equipos de socorro continúan realizando censos detallados, verificando la magnitud de las pérdidas y entregando ayuda humanitaria a las familias afectadas. El panorama sigue siendo complejo, pero las autoridades aseguran que no descansarán hasta mitigar las consecuencias del sismo y garantizar condiciones mínimas de bienestar para todos los damnificados.

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