La población de La Gabarra, corregimiento del municipio de Tibú, en Norte de Santander, vivió momentos de alta tensión durante la tarde del domingo 19 de octubre de 2025, luego de que hombres armados del Ejército de Liberación Nacional (ELN) patrullaran las calles y realizaran disparos al aire tras la presencia del Ejército Nacional en la zona. Los hechos quedaron registrados en varios videos difundidos en redes sociales, donde se observa a los insurgentes desplazándose en motocicletas mientras habitantes buscan refugio para protegerse del fuego cruzado.
De acuerdo con reportes locales, la presencia de tropas del Ejército habría motivado la reacción de los guerrilleros, quienes patrullaron el área para demostrar control territorial. La situación provocó pánico entre los residentes y el cierre temporal de comercios, mientras las autoridades trataban de contener el enfrentamiento y restablecer el orden público.
La Gabarra, una zona marcada por el conflicto
El corregimiento de La Gabarra, ubicado cerca de la frontera con Venezuela, ha sido históricamente escenario de enfrentamientos entre grupos armados ilegales. En esta región del Catatumbo, el ELN, disidencias de las FARC y bandas dedicadas al narcotráfico se disputan corredores estratégicos para el contrabando y el tráfico de drogas.
La reciente incursión del ELN se da en un contexto de creciente tensión por las operaciones del Ejército Nacional, que en las últimas semanas ha intensificado su presencia en el norte de Norte de Santander para recuperar el control de zonas donde operan estructuras armadas ilegales. Habitantes de la zona afirman que los disparos se prolongaron durante varios minutos, generando temor entre familias y comerciantes. “Fue muy fuerte, la gente se encerró y los niños lloraban del miedo”, relató uno de los residentes a medios locales.
Reacción de las autoridades y situación de seguridad
Fuentes del Ejército Nacional confirmaron que sus tropas se encontraban realizando patrullajes de control territorial cuando fueron detectadas por hombres armados que se identificaron como integrantes del ELN. La confrontación no dejó víctimas civiles ni militares, aunque sí generó zozobra entre los habitantes de La Gabarra. Las fuerzas militares informaron que continúan con los operativos en la zona para garantizar la seguridad y evitar nuevos hechos de violencia.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo expresó preocupación por el aumento de incidentes armados en el Catatumbo, una de las regiones más afectadas por la violencia en Colombia. Según el Sistema de Alertas Tempranas, en lo corrido del año se han emitido varias advertencias sobre el riesgo de enfrentamientos entre grupos ilegales y las fuerzas del Estado en municipios como Tibú, El Tarra y Teorama.
Preocupación humanitaria y llamado al diálogo
Organizaciones sociales y líderes comunitarios de Tibú denunciaron que la población civil sigue siendo la más afectada por el recrudecimiento del conflicto. Varias familias habrían abandonado temporalmente sus viviendas ante el miedo a quedar atrapadas en nuevos enfrentamientos. En redes sociales, ciudadanos exigieron mayor presencia estatal y soluciones duraderas al problema de seguridad que aqueja al Catatumbo desde hace décadas.
El incidente ocurre en medio de las negociaciones entre el Gobierno colombiano y el ELN, que buscan mantener un cese al fuego bilateral. Sin embargo, la presencia armada del grupo en zonas pobladas como La Gabarra pone en evidencia las dificultades para consolidar los acuerdos en terreno. Analistas en temas de seguridad señalan que estos hechos reflejan la complejidad del proceso de paz con el ELN, un grupo que conserva un alto poder militar en regiones fronterizas.
¿Qué implica este nuevo episodio para la seguridad en el Catatumbo?
El patrullaje del ELN y los posteriores disparos al aire revelan que, pese a los esfuerzos del Gobierno, la paz aún está lejos de consolidarse en el nororiente del país. La disputa territorial entre el ELN, las disidencias y bandas criminales continúa poniendo en riesgo la vida de los habitantes. Expertos advierten que, sin una presencia estatal integral —que combine seguridad, justicia y desarrollo social—, estos episodios seguirán repitiéndose.
Mientras tanto, la comunidad de La Gabarra intenta retomar la normalidad, aunque el temor persiste. La incertidumbre sobre posibles represalias y nuevos enfrentamientos mantiene en alerta a los pobladores, quienes piden que se respeten los compromisos de paz y se fortalezcan las estrategias de seguridad en el territorio.