El Senado de la República aprobó el Presupuesto General de la Nación 2026, por un total de $547 billones, acogiendo el texto previamente aprobado por la Cámara de Representantes. La decisión, tomada tras una sesión de más de ocho horas, marca un paso definitivo en la planeación fiscal del próximo año, con un enfoque en la inversión social y el fortalecimiento de programas dirigidos a la reducción de la pobreza, el impulso a la educación y el desarrollo regional. Este monto representa un incremento del 6,3 % respecto al presupuesto vigente de 2025 y busca mantener la sostenibilidad fiscal sin sacrificar la inversión en sectores estratégicos. Según el Ministerio de Hacienda, la prioridad del Presupuesto 2026 es mantener el equilibrio entre gasto social y responsabilidad macroeconómica, un reto en medio de la desaceleración económica global y la incertidumbre derivada de los precios internacionales del petróleo.
Prioridades del Presupuesto 2026: gasto social y estabilidad fiscal
El proyecto aprobado destina más del 70 % del total a gasto social, consolidando un énfasis en programas de salud, educación, transferencias monetarias y subsidios energéticos. El Ministerio de Educación Nacional liderará las asignaciones con cerca de $66 billones, seguido por el Ministerio de Hacienda con $60 billones, y el Ministerio de Defensa Nacional con $54 billones. Por su parte, el sector salud recibirá alrededor de $52 billones, mientras que Trabajo y Transporte contarán con $37 billones y $30 billones respectivamente. El Ministerio de Minas y Energía tendrá una reducción leve en comparación con el año anterior, ajustando su participación a programas de transición energética y modernización de la red eléctrica.
De acuerdo con el Gobierno Nacional, uno de los objetivos principales es fortalecer el programa de Renta Ciudadana, que reemplazó a Familias en Acción, así como ampliar las transferencias a los adultos mayores a través de Colombia Mayor. Además, el plan prevé destinar cerca de $5 billones a la reforma educativa, $4 billones a vivienda rural y $3 billones a proyectos de infraestructura sostenible en regiones con baja conectividad.
Debate político en el Congreso: acuerdos y tensiones por la inversión regional
Aunque la mayoría de las bancadas respaldaron el proyecto, el debate no estuvo exento de tensiones. Algunos senadores de oposición cuestionaron la distribución de los recursos destinados a inversión regional, argumentando que se concentra en departamentos afines al Gobierno. La bancada oficialista, en cambio, defendió el enfoque territorial del presupuesto, señalando que responde a criterios técnicos y a necesidades históricamente desatendidas.
Durante la sesión, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró que “el presupuesto de 2026 mantiene el compromiso con la sostenibilidad fiscal, pero prioriza el bienestar social”. Añadió que la administración no contempla una nueva reforma tributaria en el corto plazo, aunque sí se espera fortalecer el recaudo mediante estrategias de eficiencia y control de la evasión.
Por su parte, la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático, criticó el crecimiento del gasto público, señalando que “el aumento del presupuesto no necesariamente se traduce en una mejora del bienestar si no se acompaña de eficiencia y transparencia en la ejecución”. La respuesta del oficialismo fue contundente: el presupuesto, afirmaron, se diseñó para reactivar la economía colombiana y enfrentar el desempleo, que se mantiene cerca del 10 %.
¿Qué impacto tendrá el Presupuesto 2026 en la economía colombiana?
Expertos económicos coinciden en que el nuevo Presupuesto General 2026 busca equilibrar la responsabilidad fiscal con la reactivación económica. Si bien el déficit se mantiene en torno al 4,3 % del PIB, el Gobierno confía en que el crecimiento económico del próximo año —estimado en 2,5 %— permitirá mantener los niveles de endeudamiento bajo control. La distribución del gasto prioriza proyectos de alto impacto social y productivo, con especial atención a la infraestructura vial, la transición energética y la innovación tecnológica.
El documento aprobado incluye una partida de más de $60 billones para servicio de la deuda pública, cifra que algunos economistas consideran elevada, pero necesaria para garantizar la estabilidad del país frente a los mercados internacionales. En contraste, sectores como agricultura y ambiente tendrán incrementos relevantes, reflejando la apuesta por la seguridad alimentaria y la protección de ecosistemas estratégicos.
A nivel territorial, el presupuesto prevé la descentralización de recursos a través de los Sistemas Generales de Participaciones y Regalías, con la meta de impulsar la autonomía regional y reducir las brechas entre las zonas urbanas y rurales. En este punto, el Gobierno destacó que el 2026 será clave para consolidar la implementación del Plan Nacional de Desarrollo, cuyo eje central es la “Colombia Potencia Mundial de la Vida”.
El nuevo Presupuesto General de la Nación representa una hoja de ruta ambiciosa para el país, en la que el gasto social se convierte en el motor del desarrollo y la equidad. La pregunta que queda abierta es si el Estado logrará ejecutar los recursos con la eficiencia necesaria para cumplir las expectativas de millones de colombianos que esperan ver traducidos estos $547 billones en bienestar tangible y oportunidades reales.