Este viernes, el exalcalde del municipio de San Cayetano, Antonio José Marín Cárdenas, fue secuestrado por un grupo de hombres armados mientras se encontraba en la zona rural de Cúcuta, específicamente en el sector de San Isidro. Este hecho, que pone nuevamente en evidencia la inseguridad que azota a la región, fue reportado inicialmente por autoridades locales y testigos.

El exmandatario se encontraba en compañía de su esquema de seguridad, designado por la Unidad Nacional de Protección (UNP), cuando al menos seis sujetos armados interceptaron y raptaron al dirigente. Aunque en un principio se especuló que los secuestradores también se habían llevado a su escolta, información preliminar sugiere que este pudo haber sido liberado posteriormente.


Contexto de violencia en la región

El secuestro de Antonio José Marín Cárdenas ocurre en una zona ampliamente afectada por la presencia de grupos armados ilegales. En el sector de San Isidro, donde tuvieron lugar los hechos, operan actores como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), además de bandas de delincuencia organizada y estructuras transnacionales dedicadas al narcotráfico y al control territorial.

El departamento de Norte de Santander, en particular, enfrenta un grave panorama de inseguridad debido a la disputa entre estos grupos por el dominio de rutas estratégicas hacia la frontera con Venezuela. La región del Catatumbo y zonas rurales de Cúcuta, como San Isidro, se han convertido en escenarios de constantes actos de violencia que incluyen homicidios, extorsiones, desplazamientos forzados y secuestros.


¿Quién es Antonio José Marín Cárdenas?

Antonio José Marín Cárdenas fue alcalde del municipio de San Cayetano, en Norte de Santander, un municipio que, pese a su cercanía con Cúcuta, también enfrenta problemas relacionados con la inseguridad y la presencia de grupos armados. Como exfuncionario público, Marín había mantenido un perfil activo en la política local, aunque actualmente no ocupaba un cargo de elección popular.

El hecho de que contara con un esquema de protección de la UNP sugiere que Marín podría haber estado recibiendo amenazas previas. Esto refuerza las sospechas de que su secuestro podría estar relacionado con represalias o presiones por parte de grupos ilegales en la región.


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