El pasado 3 de agosto venció la prórroga de seis meses del cese al fuego con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), acordada con el Gobierno Nacional como parte del proceso de paz en curso. La renovación de esta medida bilateral no se concretó debido a que la mesa de conversaciones entre el Gobierno colombiano y el ELN está congelada desde febrero de este año, sumiendo al proceso de paz en una profunda crisis.

Ante esta situación, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, confirmó que las operaciones militares ofensivas contra el ELN se reactivan en todo el territorio nacional, ya que no existe un decreto que avale una extensión del cese al fuego. “Siempre que no hay cese al fuego que implique respecto de las Fuerzas Militares la suspensión de las operaciones ofensivas, significa que esas operaciones ofensivas se reanudan y esa es la instrucción del comandante de las Fuerzas Militares y también del director general de la Policía Nacional”, afirmó Velásquez.

La delegación del Gobierno en los diálogos con el ELN había sugerido una ampliación técnica del cese al fuego para evitar la reactivación de las operaciones ofensivas contra esta guerrilla y facilitar una reunión entre los equipos negociadores, representados por Vera Grabe y Pablo Beltrán. Sin embargo, esta propuesta no prosperó.

Por su parte, el ELN ha condicionado su regreso a la mesa de diálogo a la emisión de un decreto o una resolución que los excluya de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO). Esta demanda se ha convertido en un punto de estancamiento en las negociaciones.

Los países garantes y acompañantes del proceso de paz continúan intentando que las partes en negociación se sienten de nuevo a dialogar. Sin embargo, hasta el momento, las conversaciones permanecen congeladas, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del proceso de paz.

La reactivación de las operaciones militares contra el ELN representa un retroceso significativo en los esfuerzos por alcanzar la paz en Colombia. Las comunidades en las regiones afectadas por el conflicto temen un incremento en la violencia y los desplazamientos forzados, mientras que los actores políticos y sociales llaman a retomar el diálogo para evitar una escalada del conflicto.

El ministro Velásquez aseguró que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional actuarán de manera decidida para garantizar la seguridad en el país. 

El panorama actual plantea grandes desafíos para el Gobierno y el ELN, así como para la comunidad internacional que acompaña este proceso. La reactivación de las hostilidades pone en riesgo los avances logrados y destaca la urgencia de encontrar mecanismos que permitan retomar las negociaciones.

La expectativa está puesta en los próximos pasos que darán ambos actores y en las posibles intervenciones de los países garantes para facilitar un reencuentro en la mesa de diálogo. En un contexto de creciente tensión, la búsqueda de la paz en Colombia continúa siendo un objetivo fundamental que requiere la voluntad y el compromiso de todas las partes involucradas.

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