El coronel retirado Élmer Fernández, director de la cárcel La Modelo de Bogotá, fue asesinado este jueves 16 de mayo en un ataque sicarial mientras se desplazaba en su vehículo por la carrera 30 con calle 80.

Fernández había asumido la dirección del penal el pasado 4 de abril con la misión de imponer disciplina y realizar requisas aleatorias entre los internos, una tarea que no estuvo exenta de riesgos. El coronel ya había denunciado amenazas de muerte en su contra, presuntamente provenientes de la banda conocida como La Inmaculada, liderada por alias «Pedro Pluma».

Las amenazas eran explícitas. En un panfleto recibido el 9 de mayo, se leía: “De parte de ‘Pedro Pluma’, del patio 4. Para el director, que si vuelve a meter requisa para el patio le mato la familia (sic)”. Esa misma noche, se registraron tres disparos contra las paredes del penal, aumentando el clima de tensión y peligro alrededor de Fernández.

El día del homicidio, Fernández se desplazaba en su carro cuando varios sujetos armados lo interceptaron y lo asesinaron a disparos. Inmediatamente después del ataque, la Policía de Bogotá activó un plan candado para intentar dar con los responsables.

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, lamentó profundamente el asesinato y expresó su solidaridad con la familia del coronel Fernández. «Estoy saliendo de inmediato a un consejo de seguridad en la Policía Nacional. A la familia del coronel Fernández quiero expresarle toda mi solidaridad, la del Gobierno y la del todo el país», declaró Osuna.

El presidente Gustavo Petro también se pronunció sobre el crimen a través de su cuenta de X, condenando el asesinato y anunciando medidas para mejorar la seguridad en todas las cárceles del país. “Hoy es asesinado vilmente. Se estableció plan candado en Bogotá y se hará un consejo de seguridad extraordinario para establecer medidas para todas las cárceles del país. Un abrazo y solidaridad con toda su familia”, escribió el mandatario.

Según la Fundación Paz y Reconciliación, las requisas ordenadas por Fernández estaban dirigidas específicamente contra La Inmaculada, lo que habría desencadenado la reacción violenta de «Pedro Pluma» y su banda. Fernández no contaba con un esquema de protección a pesar de haber denunciado las amenazas a la Fiscalía.

Daniel Gutiérrez, director del Inpec, destacó la gravedad de la situación, señalando que en los últimos dos años se han recibido 550 amenazas de muerte contra funcionarios penitenciarios. “No tenemos las capacidades para salvaguardar la vida de todos nuestros servidores penitenciarios”, afirmó Gutiérrez.

Desde la Unión de Trabajadores Penitenciarios, su presidente Óscar Robayo advirtió sobre un plan pistola decretado contra los funcionarios del Inpec, denominado “Muerte a los Guardianes Opresores”. Robayo hizo un llamado urgente a las autoridades para que se brinde mayor protección a los trabajadores penitenciarios, subrayando que ya han sido asesinados cinco funcionarios en lo que va del año.

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