Después de décadas de incertidumbre y lucha incansable, las primeras estructuras óseas han sido halladas en La Escombrera, en la comuna 13 de Medellín, un lugar señalado como posible fosa común de víctimas del conflicto armado. La Justicia Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas confirmaron este miércoles el avance histórico, que representa una esperanza tangible para los familiares que llevan años exigiendo respuestas. “Es un logro sin precedentes, una respuesta institucional a las demandas de las víctimas”, afirmó el magistrado Gustavo Salazar Arbeláez .
En este polígono de 6.912 metros cuadrados , priorizado desde julio pasado, los equipos forenses han removido más de 36.400 metros cúbicos de tierra en 146 días de trabajo . “A la fecha, el cronograma de excavación va de acuerdo con lo planeado y presenta un avance del 86%”, detalló Luz Janeth Forero, directora de la Unidad de Búsqueda. Este hallazgo es significativo, pues confirma las denuncias de organizaciones sociales que durante más de 20 años insistieron en que La Escombrera era utilizada para inhumaciones clandestinas durante el conflicto armado.
El espacio albergaría los restos de unas 502 personas desaparecidas, de las cuales al menos 140 serían de la comuna 13, según registros de la Unidad de Búsqueda. Este territorio fue escenario de enfrentamientos entre paramilitares, grupos revolucionarios y la fuerza pública, con picos de violencia durante las operaciones Mariscal y Orión. Desde 2004, toneladas de escombros y tierra cubrieron el área, dificultando las búsquedas previas que, hasta ahora, no habían arrojado resultados concretos.
Para Margarita Restrepo, lideresa social de la comuna 13, el hallazgo es un momento agridulce. “Es muy alegre saber que una familia tendrá respuestas, pero también queda tristeza por los que aún faltan. Seguiremos aquí, amaneciendo en La Escombrera si es necesario, hasta encontrarlos a todos”, expresó. Por su parte, Luz Elena Galeano, vocera de Mujeres Caminando por la Verdad, subrayó: “Esto demuestra que nunca mentimos, que nuestras voces deben ser escuchadas siempre”.
El trabajo en La Escombrera no ha sido fácil. La JEP había ordenado la intervención en 2020, pero la falta de avances significativos marcó los años siguientes. Fue en julio de 2024 cuando se reiniciaron las labores con maquinaria pesada y, más recientemente, con excavaciones manuales dirigidas por antropólogos forenses. Este esfuerzo finalmente dio frutos con el hallazgo de hoy, que se suma a prendas y accesorios encontrados en búsquedas anteriores.
Con este avance, las instituciones y los familiares ven renovadas sus esperanzas. Las víctimas de desapariciones forzadas entre 1978 y 2016 podrían finalmente tener justicia y reconocimiento. “Este hallazgo pone nuevamente el reflector en La Escombrera y nos impulsa a seguir buscando. La verdad y la memoria son derechos de las víctimas y del país”, concluyó el magistrado Salazar.