Durante un consejo de ministros celebrado el 15 de julio en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro anunció una declaración que cambia el tono de la política exterior colombiana hacia Oriente Medio. Reveló que el Grupo de La Haya solicitará a Colombia una “presencia militar para detener el genocidio” en Gaza, encendiendo una nueva fase de debate diplomático y estratégico en la región.

El anuncio se dio luego de su alocución presidencial y en medio de una reunión de alto nivel que contó con la participación de representantes internacionales y nacionales. Aunque el presidente no profundizó en los detalles del posible despliegue militar, sí dejó clara su posición: “Antes de usar armas, tenemos que usar otra cosa”, afirmó, aludiendo a medidas como la suspensión de exportaciones de carbón a Israel como una forma inicial de presión.

Petro también criticó la estructura del Estado israelí, señalando que “al sustentarse en una regla religiosa, es irracional. La religión y el Estado se deben separar”, una frase que refleja su postura ideológica y que no tardó en generar reacciones en distintos sectores políticos.

Un programa humanitario enfocado en los más vulnerables

Más allá del aspecto militar, el gobierno colombiano se ha enfocado en iniciativas humanitarias concretas. En el mismo encuentro, el vicecanciller Mauricio Jaramillo Jassir anunció la intención de implementar un programa para trasladar a Colombia a niños palestinos heridos, en especial aquellos que han quedado mutilados, huérfanos o con secuelas graves a causa del conflicto armado en Gaza.

“El 70% de las personas asesinadas en Gaza son menores y mujeres. Tenemos niños sin padres, con amputaciones. El presidente Petro ha ordenado que se adelanten gestiones para atender a esos niños y salvar vidas”, indicó Jaramillo.

Este programa estaría siendo coordinado junto a terceros Estados, aunque el vicecanciller no brindó más detalles debido a la sensibilidad diplomática del proceso. La acción refuerza la narrativa de Colombia como un país que, según el gobierno actual, no permanece indiferente ante el sufrimiento humano y busca marcar distancia con las potencias que han mantenido una postura neutral o ambigua.

Colombia como actor internacional en la crisis de Palestina

El anuncio del mandatario colombiano coincide con la celebración en Bogotá de la Reunión Ministerial de Emergencia sobre Palestina, copresidida por los gobiernos de Colombia y Sudáfrica en el marco del Grupo de La Haya. Esta cumbre tiene como objetivo respaldar los esfuerzos judiciales internacionales para detener lo que los organizadores denominan un genocidio en Gaza.

La canciller Rosa Villavicencio reafirmó el compromiso del país con la causa palestina: “Colombia se ha pronunciado sin ambigüedades. Lo que ocurre en Gaza es un genocidio. En 2018 reconocimos al Estado de Palestina y en 2024 rompimos relaciones con Israel ante el uso desproporcionado de la fuerza contra civiles”.

Villavicencio fue enfática al señalar que el Derecho Internacional Humanitario debe ser principio y acción, no una retórica vacía, y que los países del Sur Global no aceptarán que “el derecho sea rehén de la geopolítica”.

Además, Colombia busca promover una estrategia concreta: apoyar las investigaciones de la Corte Penal Internacional (CPI), exigir el cumplimiento de los fallos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), y proponer sanciones específicas que no dependan exclusivamente del Consejo de Seguridad de la ONU.

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