En el marco de un evento en México, el presidente Gustavo Petro ofreció declaraciones sobre la inminente asunción de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México, tras la salida de Andrés Manuel López Obrador. El comentario de Petro no pasó desapercibido al vincular a Sheinbaum con el Movimiento 19 de Abril (M-19), una antigua organización guerrillera colombiana de la cual él mismo formó parte.

Según las palabras de Petro, Sheinbaum se convierte en la segunda presidenta en América Latina con vínculos al M-19, haciendo una comparación entre su propia llegada al poder en Colombia y la de la mandataria electa en México. “Claudia fue miembro del M-19, es decir, para quienes no quieren dos tazas, ahora el M-19 ha dado dos presidentes en América Latina”, afirmó Petro, quien constantemente recuerda su pasado insurgente y el proceso de paz que lo llevó eventualmente a la política democrática.

Este inesperado vínculo histórico resaltado por Petro subraya una conexión particular entre su experiencia personal en el M-19 y la figura de Sheinbaum, quien, de acuerdo con el mandatario, tuvo un papel destacado apoyando a insurgentes colombianos mientras vivían en México.

El papel de México en el exilio del M-19

Petro también aprovechó la ocasión para recordar la importancia que tuvo México en su propia historia y en la de otros miembros del M-19 durante los años de insurgencia. Durante la década de 1980, cuando el conflicto armado en Colombia alcanzaba momentos críticos, México fue un refugio clave para varios integrantes del movimiento que buscaban escapar de la persecución y la violencia.

México fue un país muy importante para el M-19, ya que abrió sus puertas a diferentes insurgentes que buscaban refugio”, señaló Petro, poniendo en contexto la estrecha relación entre ambos países en momentos históricos complejos. En medio de esta dinámica de apoyo y solidaridad, destacó la figura de Sheinbaum como una persona fundamental, quien ofreció ayuda directa a los exiliados colombianos.

Si bien Petro no profundizó en detalles sobre la relación entre Sheinbaum y el M-19, sus declaraciones dejan entrever una conexión profunda entre ambos mandatarios, no solo por sus trayectorias políticas progresistas, sino también por una historia compartida en la que México jugó un papel crucial.

Claudia Sheinbaum y su rol en la nueva etapa política de México

Claudia Sheinbaum, electa como la sucesora de López Obrador, se perfila como una figura clave en la política mexicana contemporánea. Miembro del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Sheinbaum ha sido una estrecha aliada de López Obrador durante su administración y ha liderado importantes reformas desde su gestión como jefa de gobierno de Ciudad de México.

Su llegada a la presidencia de México marca un hito, no solo por ser la primera mujer en ocupar este cargo, sino también por representar la continuidad del proyecto político de López Obrador, enfocado en la transformación profunda del país. Además, Sheinbaum es vista como una defensora de los derechos sociales, el medioambiente y la justicia económica, lo que la coloca como una figura progresista en la región.

Sin embargo, la referencia de Petro al M-19 añade un matiz inesperado a su perfil público. Aunque Sheinbaum nunca ha tenido una afiliación formal con el M-19 como Petro, la mención de su apoyo a los insurgentes colombianos resalta una dimensión poco conocida de su carrera. En este sentido, su relación con movimientos sociales y causas populares parece haber sido una constante a lo largo de su vida política.

¿Qué implicaciones tiene esta declaración?

El comentario de Petro ha generado preguntas sobre el alcance y la profundidad de la relación entre Claudia Sheinbaum y el M-19. Aunque no está claro hasta qué punto el vínculo es más simbólico que real, las palabras del presidente colombiano podrían abrir un debate sobre la historia compartida entre ambos países y sus figuras políticas.

Además, las declaraciones de Petro podrían ser interpretadas como un reconocimiento de la influencia de los movimientos de izquierda en la política latinoamericana contemporánea. La experiencia del M-19 en Colombia y su transición hacia la vida política democrática ha sido vista como un modelo de transformación para otros movimientos insurgentes en la región. En este sentido, la llegada de Sheinbaum a la presidencia de México podría ser vista como una validación de la capacidad de estos movimientos para generar cambios profundos en las estructuras políticas tradicionales.

La expectativa en torno a la presidencia de Sheinbaum es alta. Su liderazgo será observado de cerca no solo por sus políticas internas, sino también por cómo se posiciona en la arena internacional y si las conexiones históricas como las mencionadas por Petro influirán en su mandato.

Un futuro compartido para la izquierda latinoamericana

Con la llegada de Claudia Sheinbaum al poder, el panorama político de América Latina podría experimentar un fortalecimiento de los movimientos progresistas. Tanto Petro como Sheinbaum representan una nueva generación de líderes que promueven la justicia social, la igualdad y el fin de las desigualdades históricas en la región.

La pregunta que queda es si este nuevo liderazgo logrará consolidar una mayor integración entre los países de la región y si las conexiones históricas entre sus figuras serán un puente para nuevas alianzas políticas y económicas en el futuro.

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