En medio de un acto multitudinario en Cali, el presidente Gustavo Petro denunció la existencia de un plan conspirativo para ejecutar un golpe de Estado en Colombia, supuestamente articulado entre un líder de la extrema derecha colombiana y actores políticos de Estados Unidos. Las afirmaciones del mandatario fueron emitidas luego de firmar el decreto que convoca la esperada consulta popular, prevista para debatir reformas sociales y estructurales en el país.

Durante la denominada ‘Gran Concentración por la Paz y la Democracia’, Petro reveló que presentó una grabación a la Fiscalía General de la Nación como parte de la evidencia de la presunta conspiración. En dicha grabación, según sus palabras, un dirigente colombiano —cuya identidad no fue revelada pero aclaró que no se trata del expresidente Álvaro Uribe— estaría articulando alianzas con el narcotráfico y actores de ultraderecha para desestabilizar el actual gobierno.

Marco Rubio en el foco de las acusaciones

Uno de los puntos más polémicos de la intervención del presidente fue la mención directa al senador estadounidense Marco Rubio, a quien acusó de estar involucrado en los supuestos planes golpistas. “Un dirigente de la extrema derecha en Colombia (…) está aliado con el narcotráfico, buscando que fuerzas de extrema derecha en Colombia y en Estados Unidos produzcan un golpe de Estado en Colombia”, declaró Petro ante una audiencia masiva.

Además, aseguró que fue el mismo presidente venezolano Nicolás Maduro quien le advirtió sobre los movimientos de Rubio. “Según un presidente vecino, Marco Rubio está organizando un golpe de Estado en mi contra”, agregó, reiterando la seriedad de la amenaza.

La acusación refuerza la narrativa de injerencia extranjera en la política colombiana y eleva la tensión diplomática entre Bogotá y Washington, especialmente en un contexto donde el gobierno de Joe Biden ha mantenido una postura ambivalente frente a la gestión de Petro y sus aliados regionales.

Reacciones y contexto internacional

Las declaraciones de Gustavo Petro se producen tras una serie de denuncias similares hechas por el presidente Nicolás Maduro, quien desde Caracas afirmó que existe un plan dirigido desde Estados Unidos para desestabilizar gobiernos progresistas en América Latina, incluyendo al de Colombia. Según Maduro, la articulación golpista buscaría frenar los procesos de cambio impulsados por líderes de izquierda en la región.

Aunque hasta el momento no se ha emitido una respuesta oficial desde el Departamento de Estado de EE. UU., estas afirmaciones podrían generar roces diplomáticos e intensificar el debate político tanto a nivel nacional como internacional.

En ese sentido, Petro enfatizó: “Yo solo le digo al secretario de Estado de los Estados Unidos que (…) lo que tiene que hacer es entrar en diálogo con esos pueblos”. La frase sugiere una crítica directa al enfoque estadounidense en la región, acusándolo de priorizar intereses geopolíticos sobre los procesos democráticos y sociales que atraviesan países como Colombia y Venezuela.

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